Es uno de los placeres que nos gusta darnos cuando nos alojamos en un hotel: un completo y sabroso desayuno antes de empezar nuestro día de turismo. Suele presentarse en forma de buffet, aunque algunos hoteles prefieren servirlo a la carta para evitar el desperdicio de alimentos y garantizar una frescura óptima. A veces, sitios de hoteles o plataformas como Booking especifican la naturaleza de este desayuno: «continental» o «inglés». Pero, ¿qué distingue a los dos?

El desayuno continental se parece al que estamos acostumbrados los franceses. Incluye una bebida caliente y casi exclusivamente alimentos dulces: bollería, tostadas con mermelada o mantequilla, frutas, cereales, lácteos… Salvo que sean caseros, estos alimentos tienen la ventaja para los hosteleros de requerir poca preparación y materiales y no tener que ser cocinado

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Si el desayuno continental se llama así, es para distinguirse del de nuestros vecinos británicos. Porque paradójicamente, es fuera del continente europeo donde se ha popularizado el desayuno continental. En el siglo XIX, los hoteleros ingleses y estadounidenses quisieron adaptarse a los hábitos de los viajeros europeos ofreciéndoles un desayuno más ligero que el suyo.

Por su parte, el desayuno inglés (english breakfast o desayuno completo) destaca por su carta compuesta exclusivamente por alimentos salados. Beicon, salchichas, huevos revueltos o fritos, tomates a la plancha, champiñones, alubias… Más calórico, se pega más al cuerpo. Según la English Breakfast Society, una asociación para la defensa de este plato británico, «la tradición del desayuno inglés ha recorrido un largo camino, comenzó en el siglo XIV o XV con la nobleza terrateniente y sus grandes almuerzos de caza, para luego siendo adoptado por victorianos de clase media y alta que refinaron la tradición en un arte. Luego vinieron los eduardianos que estandarizaron los ingredientes y nos dieron el desayuno inglés que comemos principalmente hoy en día”.

El desayuno inglés se extendió mucho durante la era industrial entre los trabajadores. “Ese desayuno proporcionó a una fuerza laboral cada vez más móvil la energía que necesitaban para pasar un día completo de trabajo”. ¡Ese sigue siendo el caso hoy en día, y los viajeros amantes de la comida sin duda lo aprobarán!