El trimestre antiinflacionario «no ha cumplido sus promesas», lamenta este jueves la asociación de defensa del consumidor Familles Rurales, que apuntó un aumento de precios del 3% en una canasta de productos «saludables» respetando las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Familles Rurales ha elaborado una cesta de 34 productos -“lo más accesible posible tanto por coste como por estacionalidad”- respondiendo a las recomendaciones del “Plan Nacional de Salud y Nutrición (PNNS)” que, por ejemplo, fomenta el consumo de cinco frutas y verduras al día, o pescar dos veces por semana.
Esta cesta se compone así de plátanos, manzanas, zanahorias, naranjas, lentejas verdes, pan integral, pasta, arroz, harina, patatas, leche semidesnatada, queso Comté, yogures naturales, filetes de pollo, jamón blanco, carbonero, huevos, aceite de oliva, mantequilla, azúcar, mermelada, chocolate, café, etc. “El trimestre antiinflacionario no cumplió con nuestra canasta de alimentos saludables. Su precio aumentó un 3% entre febrero y abril”, denuncia Familles Rurales, que detalla en su Observatorio de Precios de Alimentos haber constatado un incremento en este periodo del 2,7% para los “precios de primera” (principalmente marcas distribuidoras) y del 4,3% para las marcas nacionales. En total, entre abril de 2022 y abril de 2023, su canasta “saludable” aumentó “un 15,9%”.
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En un intento por contener la inflación alimentaria, el Gobierno había anunciado con varias marcas -con la notable excepción de E.Leclerc- un “trimestre antiinflacionario” a partir del 15 de marzo, una operación comercial en cuyo marco los supermercados se comprometían a vender una selección de productos al «precio más bajo posible». Familles Rurales cree que “las reducciones no afectaron a todos los productos y en particular a los recomendados por el PNNS. La profusión de operaciones comerciales puestas en marcha por las distribuidoras durante el trimestre antiinflacionario ha sembrado confusión en las elecciones a realizar y ha vuelto aún más opaca la comparación de precios”.
«La postura de varios industriales y parte de la gran distribución ha consistido en impulsar la compra de productos procesados y ultraprocesados mediante operaciones promocionales», en detrimento de «alimentos más saludables para la salud que no se han beneficiado de los mismos esfuerzos en precios», denuncia la asociación. En consecuencia, pide al Estado que “intervenga”, juzgando que “no debe ser más el espectador de un juego de tontos donde cada uno acusa al otro de llevarse la parte del león en perjuicio de los consumidores”, porque “comer sano, para mantenerse saludable, se ha convertido en misión imposible para millones de hogares franceses”.