Roman Polanski, héroe de un documental sobre el Holocausto en Polonia: el proyecto era audaz. En Promenade à Cracovie, Mateusz Kudla y Anna Kokoszka-Romer filman las andanzas del cineasta y amigo, el fotógrafo Ryszard Horowitz, en Podgórze, donde los nazis iban a encarcelar a miles de judíos a partir de marzo de 1941. Los dos hombres recuerdan los meses que pasaron en lo que se llamará el gueto judío de Cracovia. Trágica historia al final de la cual el director perderá a su madre ya su abuela, deportadas a Auschwitz.
Walk in Krakow, cuya fecha de estreno se ha fijado para el 5 de julio, solo está prevista en dos salas de Francia. Según su distribuidor, los operadores de cine se niegan a proyectarlo debido a los casos que involucran a Roman Polanski, acusado repetidamente de agresión sexual y violación y condenado en 1977 por drogar y luego violar a una niña de 13 años.
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“Lo que veo es ante todo una negativa a ver la película. Hay muchos exhibidores que nos dicen “Es Polanski, no queremos verlo”, testificó Michèle Halberstadt, directora general de ARP Francia y distribuidora de la película, en el plató de C à vous. También explica que tiene la mayor dificultad para convencer a los periodistas de que vengan a ver el documental en la proyección de prensa.
A pesar de las acusaciones contra el cineasta -y de la polémica suscitada por su premio a mejor director por J’accuse en los César, en 2020-, Michèle Halberstadt cree que «nos puede conmover el pasado de alguien y ver que hay un problema con su presente. Antes de precisar que como mujer y judía, se considera en una buena posición para defender esta película.