Taylor Swift contraataca. Monitorear los vuelos en jet privado de la cantante ganadora del Grammy en las redes sociales le está provocando “angustia emocional y física”, denuncian sus abogados en una carta enviada a Jack Sweeney, el floridano de 21 años detrás de la iniciativa en diciembre y revelada por The Washington Post el martes 6 de febrero. Lo amenazan con acciones legales si no detiene sus publicaciones.

El joven sigue los movimientos de los aviones de la estrella del pop -sin especificar nunca quién está a bordo-, utilizando datos públicos para denunciar las emisiones de CO2 asociadas a estos vuelos. Los abogados de Taylor Swift lo ven como «acoso», asegurando que la cantante se encuentra en un «estado constante de temor por su seguridad personal», al considerar que esto da indicios de dónde se encuentra.

“Todo esto puede ser para usted un juego, o un negocio del que espera fortuna o fama, pero es una cuestión de vida o muerte para nuestro cliente”, añaden los abogados. Creen que no existe “ningún interés legítimo” en compartir esta información con el público. Jack Sweeney denunció un intento de intimidación, mientras que Taylor Swift es señalada periódicamente por la huella de carbono de sus numerosos vuelos en jet privado.

Antes que el cantante, Jack Sweeney ya había despertado la ira de Elon Musk, cuyos vuelos en jet privado también seguía. Al multimillonario, jefe de Tesla y Space X, se le cerró temporalmente su cuenta de Twitter tras la compra de la red social. “Taylor Swift tiene razón en estar preocupada”, escribió en reacción al artículo del Washington Post, calificando a la estudiante de “ser humano horrible”.