Un año de prisión fue exigido el miércoles en Marsella contra un ex director de edificios de la ciudad por no haber transmitido a tiempo un diagnóstico de amianto, contribuyendo a la exposición de los empleados del teatro La Criée a esta sustancia tóxica. Robert Martin, de 73 años, exdirector territorial de los edificios del sur de Marsella, sector del que depende La Criée, fue juzgado desde el martes por homicidios y lesiones involuntarias con peligro de vida ajena pero también falsificación y uso de falsificación.
Se le acusa de haber transmitido con dos años de retraso a la dirección del teatro, explotadora del edificio propiedad de la ciudad de Marsella, un diagnóstico técnico de noviembre de 2006 que, sin embargo, reveló la presencia de amianto, una sustancia altamente tóxica. Hechos que disputa.
“Si hoy Robert Martin está aquí es porque personas, trabajadores, empleados de teatro durante décadas se han enterado con unos meses de diferencia que habían estado expuestos indebidamente durante varios años al amianto, sin su conocimiento, (…) y que desarrollaron patologías propias de esta exposición, a pesar de que las personas tenían el poder, el conocimiento y los medios para actuar», desarrolló la fiscal, Marion Chabot.
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Dos ex empleados del teatro, un trabajador de mantenimiento y un administrador, fallecieron, respectivamente en 2010 y 2014, de patologías desarrolladas debido a su exposición laboral al amianto. Criticando una «doble falta» de Robert Martin, -la de una «omisión indebida» pero también la de la producción de una falsificación, el fiscal pidió una «respuesta firme» del tribunal, es decir, tres años de prisión, dos de los cuales sentencia condicional -la parte firme se puede realizar en el domicilio bajo vigilancia electrónica-, así como una multa de 30.000 euros.
«Estos errores deliberados (…) no son ni más ni menos el resultado de una flagrante incompetencia mezclada con una forma de indiferencia», desarrolló, considerando que la falsificación, un correo que habría creado a partir de todos los documentos y fechado en diciembre de 2006 para certifica haber transmitido el diagnóstico de amianto, “esto es lo que hace que se pase de la duda a la certeza de la falta cometida”, y “la certeza de no querer asumir la responsabilidad por la misma”.
“Si este departamento fue negligente, quiero escucharlo. Explicar que hizo un fake, que decidió ignorar las reglas a sabiendas, es la antítesis de lo que es”, suplicaba Thomas Callen, abogado de Robert Martin, pidiendo su relajado. También lamentó la ausencia de la audiencia de la ciudad de Marsella y la dirección del teatro. “Durante 40 años fui muy trabajador, me gasté sin contar”, defendió Robert Martin.
Cuando este diagnóstico, redactado en noviembre de 2006, finalmente llegó a conocimiento de la dirección del teatro, en noviembre de 2008, la carta había “como una bomba”, según el abogado de tres partes civiles, Cyril Michael. “¿Por qué un diagnóstico positivo tardó dos años en llegar a la mesa de dirección del teatro?”, se preguntó: “La pregunta para mis clientes hoy es si el señor Martín está dispuesto a responder por sus actos, si es un mentiroso y un falsificador. «.