La ministra de Exteriores alemana, Annalena Baerbock, apoyó el viernes 24 de febrero la candidatura de Georgia a la Unión Europea (UE), al tiempo que subrayó que este país caucásico tenía que llevar a cabo reformas «esenciales» para ello.

El año pasado, la UE pospuso la solicitud de membresía de Georgia (mientras otorgaba el estatus de candidato a Ucrania y Moldavia) diciendo que Tbilisi necesitaba mejorar su historial democrático antes de encaminarse formalmente hacia la membresía.

A principios de marzo, decenas de miles de personas se manifestaron en Tbilisi, la capital de Georgia, acusando al gobierno de alejarse de las aspiraciones prooccidentales del país. «Estoy en Georgia con un mensaje particular: queremos ver a Georgia en la Unión Europea», dijo Annalena Baerbock en una conferencia de prensa en Tbilisi junto a su homóloga georgiana, Ilia Dartchiachvili. “Os apoyaremos en este camino”, prometió, asegurando que “la puerta está abierta de par en par para que Georgia obtenga el estatus de candidato a la UE”. Pero para poder «unirse a la UE», es «esencial» que Georgia «ponga en marcha reformas», subrayó.

Antes de su llegada a Georgia, Annalena Baerbock insistió en un comunicado de prensa sobre la necesidad de que Tbilisi respete los estándares democráticos. Agregó que estaba «impresionada» por las recientes manifestaciones proeuropeas masivas en Tbilisi, donde «mujeres y hombres ondearon banderas europeas». Las protestas en Georgia estallaron a principios de marzo contra un proyecto de ley inspirado, según sus opositores, en un texto que Rusia usa para reprimir a sus críticos en casa.

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Tras tres días de manifestaciones de decenas de miles de personas, en ocasiones esmaltadas con violencia, el Parlamento georgiano rechazó finalmente el controvertido texto. Georgia, exrepública soviética derrotada en una breve guerra contra Rusia en 2008, aspira oficialmente a ingresar en la Unión Europea y la OTAN, aspiración respaldada por al menos el 80% de su población según las encuestas.