El presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, despidió el sábado a tres altos funcionarios de seguridad tras el asesinato de siete detenidos implicados en el asesinato en agosto del candidato presidencial Fernando Villavicencio.
Después de regresar apresuradamente a Quito después de interrumpir una gira por el extranjero, el presidente presidió una reunión del Consejo de Seguridad Nacional el sábado. Posteriormente, el gobierno anunció en un comunicado de prensa una “reorganización” de la policía, la destitución de su jefe, el general Fausto Salinas, y su reemplazo por el general César Zapata.
El gobierno también puso fin a las funciones del director de investigaciones policiales, general Alain Luna, y del director de la autoridad penitenciaria, Luis Ordoñez.
Seis reclusos colombianos acusados del asesinato del Sr. Villavicencio fueron asesinados el viernes durante “disturbios” en el pabellón 7 de la prisión Guayas 1 en Guayaquil, en el suroeste del país. Un séptimo recluso, “vinculado” a este magnicidio, fue asesinado en el penal El Inca de Quito, anunciaron este sábado las autoridades. “Ni complicidad, ni disimulo. Aquí se sabrá la verdad”, prometió el viernes el presidente de derecha Guillermo Lasso.
El diputado Fernando Villavicencio, experiodista de 59 años y uno de los favoritos para la primera vuelta de las elecciones presidenciales, fue asesinado a tiros por un comando de sicarios tras un mitin de campaña en Quito el 9 de agosto, once días antes de la votación. .
Seis colombianos con un grave pasado delictivo fueron detenidos en flagrante delito y otro asesinado por los guardaespaldas de la víctima. En total, durante la investigación posterior fueron arrestadas unas diez personas.
Las autoridades han proporcionado pocos detalles sobre los asesinatos de los siete presos, ocurridos pocos días antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales entre Luisa González, amiga íntima del ex presidente socialista Rafael Correa, de quien Villavicencio era un feroz oponente, y Daniel Noboa, candidato de derecha.
Guayas 1, que alberga a unos 6.800 reclusos, es una de las cinco cárceles del inmenso complejo penitenciario de Guayaquil, donde más de 430 reclusos han muerto, a veces desmembrados o quemados, desde 2021. Según el gobierno ecuatoriano, la violencia mortal que estalla periódicamente en las cárceles se deben a luchas por la influencia entre grupos narcotraficantes rivales.
El presidente Lasso decretó en julio el estado de emergencia en las prisiones, lo que permite, en particular, el despliegue del ejército en ellas. Esta medida, adoptada tras una masacre particularmente atroz que dejó decenas de muertos en Guayas 1, fue prorrogada hasta finales de octubre.
Según medios locales, el pabellón número 7 del penal está controlado por el grupo Los Águilas, una de varias bandas criminales ecuatorianas vinculadas a los cárteles de la droga colombianos o mexicanos, como los de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación.
Estos siete asesinatos se producen en la recta final antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 15 de octubre. La votación enfrentará a Luisa González, segunda finalista del ex presidente Correa, contra el conservador Daniel Noboa, hijo de uno de los empresarios más ricos del país. Las últimas encuestas muestran a los dos candidatos empatados.
Fernando Villavicencio había enviado al banquillo a Rafael Correa gracias a las revelaciones de las investigaciones periodísticas que había realizado. Correa, refugiado en Bélgica, fue sentenciado en rebeldía a ocho años de prisión por corrupción.
Personas cercanas a Villavicencio, incluida su viuda Verónica Sarauz, culparon directamente al bando de Correa, acusándolo de tener “vínculos con bandas criminales” y de estar detrás del ataque contra el candidato, aunque sin presentar pruebas.
Ecuador, alguna vez considerado una isla de paz en América Latina, ubicado entre Colombia y Perú, los dos mayores productores de cocaína del mundo, se ha visto golpeado en los últimos años por una ola de violencia sin precedentes vinculada al crimen organizado y al tráfico de drogas.