El Gobierno pretende favorecer la salida de las viviendas sociales de los inquilinos que «han superado con creces los límites de ingresos», anunció el jueves Guillaume Kasbarian, ministro de Vivienda, en una entrevista al periódico Les Echos. «Cuando tenemos 5,2 millones de viviendas sociales en Francia y 1,8 millones de hogares que solicitan legítimamente entrar en ellas, ¿es normal que se les impida hacerlo cuando hay personas en las viviendas sociales cuya situación ha cambiado significativamente desde que se les asignó la vivienda? ?», pregunta el ministro en las columnas del diario económico.

Según Les Echos, Guillaume Kasbarian afirmó que más del 8% de los inquilinos de HLM ya no tendrían derecho a una vivienda social si la solicitaran hoy. «Debemos reexaminar la pertinencia de seguir ocupando viviendas sociales para quienes a veces tienen en su poder una segunda vivienda y cuyo patrimonio -y este es el sentido de la vida- ha evolucionado», continúa el ministro.

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Pretende exigir a los propietarios sociales que lleven a cabo una evaluación periódica y obligatoria de “la situación personal, financiera y patrimonial” de los inquilinos de viviendas sociales. “Esto nos permitirá en primer lugar cuestionar la renovación del contrato de arrendamiento. Y luego cuestionar el nivel de los alquileres”, añade Guillaume Kasbarian, sin dar más detalles. Actualmente, los inquilinos de HLM deben responder anualmente a una “encuesta de recursos” para dar fe de su situación económica.

Si superan un determinado límite de ingresos, su arrendador puede aumentar su alquiler, y si declaran ingresos aún más altos, su arrendador puede, en ciertos casos, negarse a renovar su contrato de arrendamiento. Estas disposiciones deberían integrarse en un proyecto de ley destinado a ser un texto más amplio para promover la vivienda para las clases medias y presentarse al Consejo de Ministros en mayo, para su examen en el Senado en junio. El texto también debe dar más poder a los alcaldes en la asignación de viviendas sociales o en la decisión de venderlas, detalló Guillaume Kasbarian. El ministro también se comprometió a mantener “los objetivos de entre el 20 y el 25% de vivienda social” en los municipios afectados por la ley SRU (Solidaridad y Renovación Urbana), cuya próxima reforma ha suscitado numerosas preocupaciones.