(Montreal) Es esencial adoptar formas de hacer las cosas que promuevan la seguridad cultural de los pueblos indígenas en un contexto de investigación, plantea un informe completo de varios socios que trabajan para las comunidades indígenas.

El documento de cien páginas es el resultado del trabajo de la Unidad de Apoyo (SSA) del Programa de Investigación en Salud Indígena de Quebec, el Departamento de Medicina Familiar McGill, la Oficina Principal Joyce y la Red de Investigación en Salud Indígena Tahatikonhsontóntie’Environment de Quebec (ERRSA- Qc).

El informe publicado el jueves es el resultado de una consulta de la “Mesa Redonda sobre Seguridad Cultural en un Contexto de Investigación” cuyo objetivo era definir e identificar las mejores formas de realizar investigaciones culturalmente seguras en la salud indígena.

La seguridad cultural es un proceso mediante el cual los profesionales de la salud deben revisar constantemente sus conocimientos, actitudes y comportamientos para satisfacer las necesidades de las poblaciones indígenas. Su objetivo es reducir las desigualdades en salud que experimentan los pueblos indígenas.

El informe destaca la importancia de desarrollar formación específica sobre seguridad cultural en un contexto de investigación. Actualmente, en Quebec no existe ninguna formación sobre seguridad cultural destinada a personas no aborígenes interesadas en realizar investigaciones con socios aborígenes.

En primer lugar, el informe ofrece un retrato de la salud precolonial y el impacto del colonialismo europeo en la salud de los pueblos indígenas de Canadá. Señala que los colonizadores en América del Norte y los regímenes que los siguieron «tuvieron un impacto importante en toda la vida de los pueblos indígenas, un impacto que continúa reflejándose en los resultados de salud de los primeros pueblos hasta el día de hoy del territorio».

La salud indígena es inseparable de las prácticas coloniales, la discriminación y el racismo, sostiene el informe. Estos problemas siguen representando barreras importantes, particularmente en lo que respecta al acceso a los servicios de salud.

«Si, por un lado, algunas personas que trabajan en el campo de la salud adoptan comportamientos y actitudes discriminatorias hacia los pacientes indígenas, son principalmente los efectos acumulativos del racismo contra los pueblos indígenas en todos los sistemas de salud canadienses los que contribuyen a «la erosión de su salud y el aumento de los factores de riesgo», explicamos.

En el informe se encuentran numerosas recomendaciones, en particular algunas dirigidas a los responsables políticos. Esperamos que reviertan “las tendencias de investigación actuales para que se descentren del entorno académico” y que los pueblos indígenas puedan realizar investigaciones y encontrar por sí mismos soluciones a los problemas que experimentan sus comunidades.

También se pide a los políticos que establezcan comités compuestos por investigadores indígenas dentro de las instituciones políticas de todos los niveles de gobierno.

Los investigadores también deberían tener “un conjunto de conocimientos sobre el impacto del colonialismo en la salud de los pueblos indígenas”. También se recomienda que desarrollen un acuerdo de colaboración con socios indígenas, lo que afectaría todo el proceso de investigación, desde la gestión de datos hasta la difusión de los resultados.

Destacamos el ejemplo de la Asamblea de las Primeras Naciones Quebec-Labrador como modelo a seguir.