El presidente Emmanuel Macron defendió este viernes su decisión de asistir a la misa que el Papa Francisco ofrecerá el sábado 23 de septiembre en Marsella, afirmando que acudiría como “presidente” de un país laico pero no como “católico”. “Considero que es mi lugar para ir allí. No iré como católico, iré como presidente de la República, que de hecho es laica”, dijo durante un viaje a Semur-en-Auxois, en Côte-d’Or. «Yo mismo no tendré práctica religiosa durante esta misa», añadió.

Ante las críticas de la izquierda, que cree en nombre del laicismo que no debería asistir a este gigantesco servicio religioso, ante decenas de miles de personas, Emmanuel Macron recordó que el Papa tenía rango de jefe de Estado y que su presencia no pone en duda la neutralidad del Estado. “El Estado es neutral. Los servicios públicos son neutrales y preservamos también la escuela y lo recordamos al inicio del año escolar”, añadió, en alusión a la prohibición en las escuelas de la abaya, un vestido suelto que usan las mujeres musulmanas.

Desde el miércoles, la posibilidad de que asista a esta misa, momento culminante de la visita del Papa Francisco a Marsella los días 22 y 23 de septiembre, había suscitado críticas indignadas en La France insoumise. “Respeto la fe y a los fieles. Pero no estoy de acuerdo con el hecho de que un funcionario electo, y en particular el Presidente de la República, participe en su calidad de ceremonia religiosa”, afirmó el diputado Alexis Corbière en X (ex Twitter). «No es necesariamente el lugar del Presidente de la República asistir a misa» en una «república laica», reaccionó el jueves el líder de los comunistas Fabien Roussel.

La presencia de un jefe de Estado francés en una misa papal es la primera desde la celebrada en 1980 por Juan Pablo II en la plaza frente a Notre-Dame en presencia de Valéry Giscard d’Estaing. En junio de 2017, poco después de su primera elección, Emmanuel Macron participó en el iftar (cena para romper el ayuno) anual del Consejo Francés de Culto Musulmán (CFCM), el organismo representativo de la segunda religión de Francia.