(París) Pérdida de masa ósea, problemas cardíacos, cálculos renales… El cuerpo humano es puesto a prueba en el espacio, pero se recupera casi por completo tres meses después de su regreso a la Tierra, concluyen una veintena de estudios realizados con turistas espaciales, publicados el martes en Naturaleza.

«Este es el examen más profundo que hemos realizado jamás en una tripulación», explicó Christopher Mason de Weill Cornell Medicine en Nueva York, autor principal de uno de los estudios, en una conferencia de prensa.  

Comprender el impacto de los vuelos espaciales en la salud es crucial para futuras misiones lunares tripuladas y más allá, pero también para la industria del turismo espacial, que espera enviar a la órbita a cualquiera que pueda permitírselo.

Investigadores de más de 100 instituciones de todo el mundo examinaron datos sobre la salud de cuatro turistas espaciales de Space X, que pasaron tres días en órbita sin astronautas profesionales a bordo, en septiembre de 2021.   

El tamaño de la muestra es pequeño en comparación con las casi 700 personas que ya han visitado el espacio desde el inicio de la conquista espacial. Pero los gobiernos no siempre han estado dispuestos a compartir datos de sus misiones, señaló Afshin Beheshti de la NASA, uno de los científicos que realizó la investigación.

Los cuatro estadounidenses de la misión Inspiration4 no dudaron en someterse a una serie de exámenes. Los resultados fueron ampliamente difundidos y comparados con los resultados de las pruebas realizadas a otros 64 astronautas.

Cambios en la sangre, el corazón, la piel, las proteínas, los riñones, los genes, las células: nada o casi nada del cuerpo se ha olvidado.  

Un vuelo tripulado puede provocar pérdida de masa ósea, problemas cardíacos, problemas oculares, problemas renales, etc. Pero alrededor del 95 por ciento de estos marcadores de salud regresan a sus niveles anteriores dentro de los tres meses posteriores a su regreso a la Tierra, y las personas se recuperan rápidamente, dice Christopher Mason.  

El científico espera que estos hallazgos ayuden a los científicos a identificar qué medicamentos o medidas serán necesarias para proteger mejor a las tripulaciones.  

La misión Inspiration4, financiada por su capitán multimillonario Jared Isaacman, quería demostrar que el espacio es accesible para personas que no han pasado años entrenándose para esta hazaña.  

Uno de los estudios reveló que los telómeros (los extremos de los cromosomas) de los cuatro miembros de la tripulación se habían alargado dramáticamente en órbita. Pero en los meses transcurridos desde que regresaron a la Tierra, han vuelto a su longitud original.  

Dado que los telómeros también se alargan con la edad, encontrar una manera de resolver este problema podría ayudar en la lucha contra el envejecimiento, comentó Susan Bailey de la Universidad Estatal de Colorado, autora de uno de los estudios.

Teniendo en cuenta los datos recopilados hasta ahora, «no hay ninguna razón por la que no podamos llegar y salir de Marte de forma segura», dijo Mason.  

Pero «es probable que no hagamos varios viajes dada la importancia de la radiación», añadió.  

Un estudio demostró que los ratones expuestos a una radiación equivalente a 2,5 años en el espacio sufrieron daño renal permanente.

“Aunque un astronauta pueda ir a Marte, puede necesitar diálisis a su regreso”, comenta en un comunicado de prensa el autor principal de uno de los estudios, Keith Siew, del Centro Tubular de Londres.

Otro estudio sugiere que las mujeres astronautas pueden tolerar mejor el estrés de los vuelos espaciales. “Esto podría explicarse por el hecho de que las mujeres tienen que dar a luz y, por lo tanto, sus cuerpos están más acostumbrados a cambios importantes”, comenta Christopher Mason.