Survivor Quebec se dirige actualmente hacia el final de su segunda temporada, lo que me llevó a recordar el final del año pasado y la profunda inquietud que sentí. Como fan devota de Survivor, después de haber seguido las 47 temporadas estadounidenses y autora de libros sobre liderazgo femenino, me preocupó el final de la primera temporada de Survivor Quebec.
Este programa, que es un verdadero microcosmos de nuestra sociedad, destaca las dinámicas de poder y los prejuicios que todavía están presentes, incluso en nuestro mundo cambiante. Hace poco leí el estudio Surviving Racism and Sexism de Sidanius et al., publicado en The Oxford Handbook of Behavioral Political Science, que analiza las primeras 40 temporadas de Survivor. Este estudio revela verdades inquietantes sobre los prejuicios y la discriminación en los juegos. También tuve la oportunidad de hablar con Kimberly Fortin, una candidata excepcional de Survivor Quebec, para comprender cómo estos prejuicios pueden haber afectado su trayectoria.
He aquí por qué, en mi opinión, Kimberly debería haber ganado Survivor Quebec.
1. Sesgo en las acciones estratégicas: Las de las mujeres suelen atribuirse a los hombres, minimizando su impacto. Kimberly se alió con dos jugadores fuertes, Christophe y JJ, para asegurar su supervivencia, pero sus decisiones y sugerencias estratégicas no le fueron atribuidas. Aunque ella era quien a menudo iniciaba las estrategias, Christophe y JJ recibieron el crédito.
2. Riesgo de eliminación temprana: estadísticamente, las mujeres tienen mayor riesgo de eliminación primero y antes de la fusión. El estudio muestra que las mujeres tienen un 54% más de probabilidades que los hombres de ser excluidas primero de su tribu. Kimberly navegó con éxito por estas aguas turbulentas, demostrando su resiliencia y capacidad estratégica, a menudo pasadas por alto por el jurado.
3. Género y sesgo de edición: Los episodios de Survivor a menudo se editan de una manera que destaca a los hombres como los principales actores estratégicos, reforzando los estereotipos de género y restando importancia a las contribuciones de las mujeres. En la vida, como en el mundo de la televisión, a menudo se pasa por alto el liderazgo femenino. La edición del programa destacó las estrategias de sus aliados masculinos, oscureciendo las contribuciones cruciales de Kimberly.
4. Percepciones de fuerza e inteligencia: A menudo se percibe a las mujeres como “demasiado emocionales” o “demasiado sensibles”, lo que influye negativamente en cómo se juzgan sus acciones. Kimberly trabajó duro para no parecer emocional, consciente del duro juicio hacia las mujeres que muestran sus emociones. Sin embargo, otro concursante, Joel, afirmó que ella «no estaba haciendo nada», a pesar de identificar su nivel de peligro para su alianza y eliminarlo. También trabajó duro para asegurar la cohesión de la tribu a pesar de las facciones.
5. Sesgo internalizado: Incluso las mujeres pueden contribuir al sesgo de género, a menudo debido a un sesgo internalizado. Karine, el año pasado, interpretó a esta mujer que daña a otras mujeres para ser la única aliada de los hombres, lo que dificulta aún más el viaje de Kimberly.
6. Discriminación sutil: Las justificaciones dadas para los votos a menudo enmascaran discriminación. Los fanáticos de Survivor en los Estados Unidos critican a los jurados sesgados y los jugadores están comenzando a respetar el juego más allá de sus frustraciones personales. En mi opinión, el jurado debería haber dejado de lado su decepción personal y reconocer el movimiento estratégico más importante de la temporada (cuando Kimberly eliminó a JJ). Influyendo en el jurado, hizo ganar a Nicolás, un jugador que ya había sido eliminado. En Estados Unidos, los fans habrían criticado duramente esta decisión.
7. Roles y expectativas sociales: Las expectativas sociales con respecto a los roles de género influyen en cómo se desempeñan y son juzgadas las mujeres. Kimberly tuvo que hacer malabarismos con estas expectativas y estereotipos. Además, desempeñó un papel crucial en la cohesión del equipo, especialmente en entornos competitivos donde los hombres pueden ser acalorados y emocionales, provocando divisiones. Kimberly calmó a los jugadores fuertes, asegurándose de que el equipo no se amotinara contra los líderes. Cuidar del equipo es una fortaleza que muchas veces se pasa por alto, especialmente en política, tal como lo fue el papel de Kimberly.
Estos prejuicios y discriminación resaltan un problema mayor en los concursos de reality: la falta de conciencia sobre el liderazgo femenino. Es hora de reconocer y valorar estas habilidades, tanto en la televisión como en la sociedad en general. Los productores, como muchos otros, aún no conocen el alcance, la diversidad y el impacto del liderazgo femenino.
Si continuamos debatiendo y cuestionando estos prejuicios podremos avanzar hacia un reconocimiento más justo y completo de estos talentos esenciales.