La Unión Europea podría hacer más «para presionar» a Azerbaiyán, que asfixia a los armenios presentes en el enclave de Nagorno-Karabaj, estimó este martes el embajador de Armenia en Francia, acusando a Bakú de preparar «una purga étnica».

«El objetivo de Azerbaiyán es claro para todos, es la limpieza étnica, es un genocidio que se está preparando», dijo Hasmik Tolmajian a periodistas de la asociación de prensa diplomática francesa. “Azerbaiyán está matando de hambre a toda una población para obligarlos a abandonar el territorio”, agregó. Ereván acusa a los militantes azerbaiyanos de bloquear desde mediados de diciembre una vía vital -el corredor Lachin- que conecta a Armenia con los territorios controlados por los separatistas armenios en Nagorno-Karabaj.

Armenia lleva semanas alertando sobre una «crisis humanitaria» a causa de este bloqueo, que ha provocado escasez de medicamentos y alimentos y cortes de energía. Pero Bakú ha negado estas acusaciones. Armenia y Azerbaiyán, dos ex repúblicas soviéticas en el Cáucaso, se enfrentaron en una breve guerra en 2020 por el control del enclave de Nagorno-Karabaj. Este conflicto resultó en una derrota militar armenia y un acuerdo de alto el fuego patrocinado por Rusia, que desplegó fuerzas de paz allí. Pero los enfrentamientos siguen siendo frecuentes y amenazan con descarrilar la frágil tregua.

El embajador Hasmik Tolmajian señaló que ha habido condenas internacionales al bloqueo de Lachin. Pero esto sigue siendo insuficiente. “La Unión Europea tiene suficientes palancas en su arsenal diplomático para presionar a Azerbaiyán”, subrayó el embajador, planteando la posibilidad de recurrir a “sanciones selectivas” mientras el país suministra gas a la Unión Europea. “Azerbaiyán no es Rusia, no es Turquía, no es China”, continuó, y agregó que “si se usaran las palancas, serían efectivas”.

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Región montañosa poblada principalmente por armenios y que se separó de Azerbaiyán tras el colapso de la Unión Soviética, Nagorno-Karabaj envenenó las relaciones entre Ereván y Bakú. Armenia y Azerbaiyán libraron dos guerras, en la década de 1990 y en 2020, por el control de este enclave. El embajador también acusó a Azerbaiyán de querer “mordisquear” el territorio armenio e insistió en que Armenia seguía “muy apegada a una solución política pacífica”. “Pero no podemos imponer la paz”, reaccionó, expresando el sentimiento de aislamiento de su país.

Si bien toda la atención está puesta en Ucrania, «en varios aspectos, Nagorno-Karabaj y Armenia corren el riesgo de convertirse en víctimas colaterales de esta guerra», consideró también. La ministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna, anunció el mes pasado que tenía previsto viajar “en abril” a las capitales de Azerbaiyán y Armenia para recordar en particular “la necesidad de una solución política”.