Le Figaro Niza

El mar estaba tranquilo y el sol brillaba este lunes en la Costa Azul. Condiciones óptimas para dejarse tentar por un suave placer y contemplar las luces anaranjadas de los días de finales de otoño. Hacia las 16 horas, un marinero abandonó el puerto de Menton (Alpes Marítimos) seguramente para aprovechar estos momentos de suspensión. Pero el hombre, de unos sesenta años, nunca regresó de este viaje por mar. A pesar de los importantes recursos desplegados para encontrarlo, la búsqueda resultó infructuosa y fue interrumpida el martes por la tarde por decisión del prefecto marítimo, Gilles Boidevez. El misterio permanece sobre esta desaparición.

Al caer la noche del lunes, su familia expresó su preocupación al Centro Regional de Vigilancia y Salvamento del Mediterráneo (Cross-Med) porque no tenían más noticias. A partir de ese momento se iniciaron operaciones de búsqueda con la esperanza de encontrar rastros de esta embarcación de recreo, de poco menos de siete metros de eslora y destinada más bien al paseo y a la pesca amateur. La flota de la Sociedad Nacional de Salvamento Marítimo (SNSM) comenzó a inspeccionar zonas frente a las costas de la capital del limón, al mismo tiempo que un helicóptero de la marina nacional sobrevolaba también la costa de Menton.

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Interrumpidas en mitad de la noche del lunes al martes, las búsquedas coordinadas se reanudaron al amanecer. También se recurrió a unidades italianas y monegascas debido a su proximidad geográfica a Menton. La gendarmería nacional aseguró que el hombre no había regresado a tierra sin previo aviso. Pero, una vez más, el individuo siguió siendo imposible de rastrear.

Un segundo helicóptero surcó el cielo de la Riviera el martes. En el mar, los medios náuticos de los bomberos de Alpes Marítimos y del SNSM continuaron navegando durante todo el día y siempre en mar en calma. En vano. Hasta las 22.00 horas, un Falcon-50 también sobrevoló las aguas para identificar todos los barcos en el mar y pedirles desvíos. Desgraciadamente, estos esfuerzos no dieron frutos. Por tanto, se puede favorecer la hipótesis de un naufragio en las profundidades del Mediterráneo.