La separación de Panamá de Colombia en 1903 fue un proceso complejo, marcado por la participación de figuras clave, tanto locales como extranjeras, que lograron influir en los acontecimientos que condujeron a la independencia panameña. La intervención estadounidense, los intereses comerciales y el apoyo de personajes influyentes del Istmo y de Estados Unidos contribuyeron a que Panamá se estableciera como nación independiente, lo que también allanó el camino para la construcción del Canal de Panamá.
A principios del siglo XX, Colombia estaba inmersa en conflictos internos, incluida la Guerra de los Mil Días (1899-1902), que había dejado debilitado al gobierno central y a las regiones bajo su control. Además, el Istmo de Panamá tenía un largo historial de movimientos separatistas, motivados por el deseo de autogobernarse y por las tensiones políticas y económicas con el gobierno colombiano. A medida que aumentaba el interés internacional en construir un canal interoceánico, Estados Unidos mostró su apoyo a la causa separatista panameña para poder negociar directamente la construcción y control del canal, sin la mediación del gobierno colombiano.
La organización del movimiento separatista estuvo encabezada por una Junta Revolucionaria Clandestina formada por líderes locales que conspiraron para hacer posible la separación. Esta junta incluía figuras destacadas como José Agustín Arango, Manuel Amador Guerrero y Carlos Constantino Arosemena, quienes trabajaron para consolidar el apoyo popular y militar necesario. José Agustín Arango, abogado y político, es considerado una figura crucial en la planificación del proceso independentista, aportando ideas y estrategias que resultaron fundamentales para el éxito de la operación.
Tomás Herrera fue un líder militar y político que había sido nombrado jefe del Estado del Istmo en varias ocasiones, con una destacada participación en movimientos separatistas anteriores en el siglo XIX. Aunque falleció antes de los acontecimientos de 1903, Herrera marcó un precedente en la búsqueda de autonomía para Panamá y dejó una huella duradera en los ideales independentistas de la región.
Estados Unidos tuvo un papel determinante en la separación de Panamá. Al fracasar en sus intentos de negociar con Colombia para la construcción de un canal, Estados Unidos decidió apoyar abiertamente la causa separatista panameña. En este contexto, Philippe Bunau-Varilla, ingeniero francés y representante de los intereses canalísticos en Panamá, negoció con el gobierno estadounidense los términos de la independencia de Panamá y la construcción del canal. Tras la separación, el tratado Hay-Bunau-Varilla se firmó el 18 de noviembre de 1903, otorgando a Estados Unidos el control de la zona canalera, un acuerdo que más tarde sería cuestionado por los panameños.
Después de la declaración de independencia, el primer Concejo Municipal de la ciudad de Panamá en 1903 fue designado para consolidar el nuevo gobierno. Este consejo estuvo integrado por figuras importantes que colaboraron en establecer las bases del Estado panameño y en coordinar las primeras acciones políticas tras la separación de Colombia. La composición del Concejo Municipal fue clave para dar legitimidad y estabilidad a la naciente república.
José Domingo de Obaldía, quien había sido gobernador del Istmo en dos ocasiones, también fue influyente en el proceso de separación. De Obaldía era un político respetado que, pese a haber sido nombrado por el gobierno colombiano, simpatizaba con la causa separatista. Su influencia y moderación ayudaron a calmar a los sectores de la población que aún tenían dudas sobre el nuevo rumbo de Panamá.
Una vez estuvo listo el plan separatista, la junta revolucionaria sabía que se daría para el mes de noviembre de 1903, sin definir el día exacto. Sin embargo, un rumor generado en Colombia estuvo a punto de dar al traste con el plan. Informes recibidos daban cuenta de una supuesta invasión nicaragüense al Istmo por la región de Calovébora, sobre la costa norte panameña. Este informe, y los rumores insistentes sobre algo que se tramaba en Panamá, hicieron que Colombia movilizara al Batallón Tiradores desde Barranquilla. El comandante de ese batallón traía secretamente instrucciones para reemplazar a José Domingo De Obaldía y al general Esteban Huertas, en quienes ya no se confiaba en Bogotá.
El Batallón Tiradores, al mando del general Juan B. Tovar y Ramón G. Amaya, llegó a la ciudad de Colón en la mañana del 3 de noviembre de 1903. No tuvo problemas para desembarcar, pero su transporte hacia la ciudad de Panamá sufrió muchos contratiempos por la complicidad de las autoridades del Ferrocarril transístmico con los conjurados, entre ellas el superintendente estadounidense J.R. Shaler. Después de muchas excusas, el Estado Mayor pudo desplazarse hacia la capital. En Colón quedó la tropa bajo el mando del coronel Eliseo Torres.
Una vez llegados a Ciudad de Panamá, Juan B. Tovar y sus otros oficiales fueron arrestados por instrucciones del general Esteban Huertas, quien estaba al mando del Batallón Colombia, cuya jefatura pretendía reemplazar al recién llegado general. Al enterarse de la inminente acción revolucionaria, el comandante John Hubbard del buque estadounidense «Nashville», entonces en las aguas del puerto y quien había retrasado previamente el desembarco de las tropas colombianas en Colón, procedió a impedir su transporte y cualquier desembarco posterior, argumentando que debía respetarse la “neutralidad” del ferrocarril, un argumento que las autoridades norteamericanas habían empleado en anteriores ocasiones en sentido contrario.
Apresado el contingente militar colombiano y congelada la movilización de las tropas en Colón, se apresuraron las acciones para declarar la separación del Istmo. La Junta Revolucionaria procedió entonces a declarar esa misma tarde, la separación del Istmo.
La Junta Provisional de Gobierno fue el organismo que asumió el poder en Panamá tras la separación de Colombia el 3 de noviembre de 1903. Designada por Demetrio H. Brid, Presidente del Consejo Municipal de Panamá, entró en vigor el 4 de noviembre hasta el 20 de febrero de 1904, día en que tomó posesión Manuel Amador Guerrero, primer presidente constitucional de la República de Panamá. La junta estuvo integrada por tres figuras clave que fueron esenciales en el movimiento independentista y la consolidación del nuevo Estado.
José Agustín Arango: Considerado el principal líder del movimiento separatista, Arango fue un abogado y político que organizó y planificó la independencia. Su habilidad política y su visión fueron fundamentales para coordinar los esfuerzos de los sectores militares y civiles en el Istmo. También fue él quien ayudó a asegurar el apoyo de Estados Unidos para la causa panameña.
Tomás Arias: Empresario y político influyente en Panamá, Arias colaboró con los planes de independencia y, después de la separación, se mantuvo activo en la vida política del país. Su papel en la junta fue importante para consolidar el apoyo empresarial y civil en el proyecto independentista y en la construcción del Estado.
Federico Boyd: Político y diplomático, Boyd fue clave en establecer la proyección internacional de la independencia panameña. Su experiencia en relaciones internacionales ayudó a legitimar el nuevo gobierno ante otros países, y sus contactos diplomáticos fueron esenciales para el reconocimiento de Panamá como un Estado independiente.
La elección de Manuel Amador Guerrero como presidente: Manuel Amador Guerrero, uno de los líderes de la Junta Revolucionaria, fue elegido como el primer presidente de Panamá tras la independencia, consolidando el nuevo gobierno y fortaleciendo las relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
Intereses económicos y estratégicos: El Istmo de Panamá era crucial para el comercio y la economía global, debido a su posición geográfica. Estados Unidos se beneficia directamente del control del canal, lo que asegura una conexión entre el Océano Atlántico y el Pacífico.
Resistencia y consecuencias: Aunque la independencia trajo beneficios económicos, también generó una dependencia política y económica de Estados Unidos, lo que eventualmente alimentaría el sentimiento nacionalista en Panamá y movimientos posteriores por la recuperación de la soberanía sobre la Zona del Canal.