El viernes se impuso una pena de 13 años de prisión al organizador de tres tiroteos en el punto de venta Cité Pissevin, en Nimes, en 2020. Esta misma ciudad donde Fayed, de 10 años, fue asesinado este verano, víctima colateral de una “guerra” entre narcotraficantes. Condenado por conspiración criminal para cometer asesinatos, Pierre Guest, de 36 años, natural de Nimes, había organizado estos tres ataques, en enero y febrero de 2020, desde su celda en la prisión de Béziers (Hérault). Objetivo: recuperar el punto de venta de la ciudad de manos de los dos nuevos administradores, que había perdido durante su encarcelamiento.

Según la fiscalía, fueron estos tres tiroteos los que desencadenaron “la guerra” que persiste desde entonces en los alrededores del punto de negociación de esta ciudad. “Guerra” que culminó así con la muerte, el 21 de agosto, de un niño de 10 años, aparentemente atacado por error en el coche de su tío. Las confesiones de última hora del miércoles de Pierre Guest, que admitió un papel de “preparador”, pero sin intención de matar, no influyeron por tanto en el tribunal penal de Marsella. Tampoco habían ablandado a la fiscal, Gaëlle Ortiz, que había solicitado el jueves esta pena de 13 años.

«Se le acusa más por palabras que por hechos», denunció su defensor, Bruno Rebstock, en su alegato del viernes. Refiriéndose al matrimonio detenido de Pierre Guest con el abogado que lo defendió al inicio del caso, Rebstock pidió al tribunal que le ofreciera un futuro, recordando que su cliente “era un adolescente exitoso” y que “cayó en el caos de Pissevin, (fue) a raíz de un error judicial”, cuando fue encarcelado, a la edad de 14 años, por actos de asesinato de los que posteriormente fue exonerado.

Presentado por la fiscalía y por un testigo bajo , para el beneficio de la duda. Sin embargo, el tribunal lo condenó a cuatro años de prisión por posesión de arma. En sus alegatos, sus abogados, Fabien Pérez y Chehid Selmi, denunciaron «la inanidad de los cargos» contra él, destacando «la ausencia del más mínimo principio de prueba».

Procesados ​​por violencia armada, tres de los autores de los tiroteos fueron condenados a penas de siete a ocho años de prisión. Entre ellos, Reda Boukansa, de 24 años, había sido reclutada apenas dos horas antes del último tiroteo, por 15.000 euros. Para los últimos tres acusados, incluido un hombre al que se encontró en posesión de un “teléfono de guerra” y otro acusado de suministrar armas y vehículos robados, las penas oscilan entre cinco y diez años de prisión.