Para poner en marcha la normalización de las relaciones entre ambas potencias en Oriente Medio, los ministros de Exteriores iraní y saudí se han reunido este jueves en Pekín, tras varios años de alta tensión, según Teherán.

El iraní Hossein Amir-Abdollahian y el saudí Faisal bin Farhane Al Saud «negociaron e intercambiaron opiniones con énfasis en la reanudación oficial de las relaciones bilaterales y los pasos a seguir para la reapertura de embajadas y consulados de los dos países», dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán. . Los dos ministros “también discutieron temas bilaterales”, agregó.

La Arabia Saudita sunita y el Irán chiíta rompieron lazos a principios de 2016 después de que los manifestantes en la República Islámica atacaran las misiones diplomáticas saudíes tras la ejecución en Riad de un famoso clérigo chiíta. Sin embargo, los dos países sorprendieron al mundo al anunciar el 10 de marzo que querían restablecer sus relaciones diplomáticas dentro de los dos meses posteriores a las conversaciones realizadas en secreto en China.

Este acercamiento debería permitir a Irán y Arabia Saudita reabrir sus embajadas a mediados de mayo e implementar acuerdos de cooperación económica y de seguridad firmados hace más de 20 años. Debería celebrarse formalmente durante una visita del presidente iraní Ebrahim Raisi a Riad por invitación del rey Salman de Arabia Saudí, viaje previsto tras la finalización del Ramadán a finales de abril. Este clima de relajación podría tener repercusiones en varios conflictos regionales, particularmente en Siria y Yemen, donde los dos países apoyan campos opuestos.

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La conclusión del acuerdo en Beijing marca el creciente compromiso de China con Oriente Medio, mientras que el país hasta ahora ha sido percibido como reacio a involucrarse en los espinosos temas de la región. Irán y Arabia Saudita agradecieron a China en marzo «por albergar y apoyar las discusiones» entre ellos. También elogiaron el papel de mediación desempeñado por Irak y el Sultanato de Omán desde la primavera de 2021.

Por su parte, Estados Unidos «saludó» el anuncio del 10 de marzo, al tiempo que subrayó que quedaba «por ver si Irán cumplirá con sus obligaciones». Para algunos expertos, este acuerdo podría representar un cambio de paradigma que desafiaría la dominación tradicional en el Medio Oriente de Washington, enemigo jurado de Irán. Aliado de Estados Unidos y otro adversario de Irán, Israel observa con preocupación este acercamiento entre Riad y Teherán, que podría afectar a los Acuerdos de Abraham, el proceso de normalización que ha puesto en marcha con determinados países árabes.

Paralelamente a las negociaciones con Riad, Teherán busca renovar los lazos con otras capitales que habían reducido sus relaciones diplomáticas desde 2016 para apoyar a Arabia Saudí. En los últimos meses, Emiratos y Kuwait han reanudado relaciones diplomáticas con Irán. El proceso está en marcha con Bahrein y Egipto podría seguirlo. Teherán nombró este martes un embajador en Abu Dabi tras casi ocho años de ausencia, mientras que Emiratos anunció en agosto el envío de un embajador a Teherán con el manifiesto deseo de «reforzar las relaciones» con Irán.