Invitado a Francia por Emmanuel Macron el pasado mes de septiembre tras la muerte de Isabel II, el nuevo rey de Inglaterra Carlos III, acompañado de su esposa Camila, debe acudir a Francia para su primera visita oficial de Estado este lunes 27 de marzo.

Según el tabloide The Daily Mail, el Palacio de Buckingham está «supervisando» la tensa situación política en Francia, ya que en varias ciudades de Francia tienen lugar protestas salvajes tras la aprobación de la reforma de las pensiones a través del artículo 49.3 de la Constitución, que permitía al gobierno no presentar su proyecto de ley a la Asamblea Nacional.

En Franceinfo, Olivier Besancenot del NPA, dijo que el rey Carlos III sería recibido en Francia por “una buena huelga general”. El nuevo soberano deberá permanecer en Francia hasta el 29 de marzo, momento para realizar un viaje a Gironda donde está previsto que tome el tranvía a Burdeos. «Los conductores de tranvía se negarán a llevar de gira al rey Carlos III» por la ciudad, advirtió también el Telegraph, retransmitiendo las palabras de un representante de la CFTC que aseguró en una entrevista con Sud-Ouest que ningún conductor accedería a transportar al soberano.

Si por el momento no parece prevista ninguna cancelación, la situación de la capital en particular con la huelga de los recolectores de basura que agrava el desorden en las manifestaciones, podría tener «un impacto en la logística» del viaje real.

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Según los medios británicos, los servicios reales deben consultar al Ministerio de Relaciones Exteriores, así como a las autoridades francesas, para prepararse mejor para esta visita oficial e histórica en este contexto complicado. En BFMTV, el prefecto de policía de París Laurent Nunez declaró estar “muy sereno” ante el desplazamiento.

El primer día de la pareja real el lunes estará ocupado. Tras una ceremonia en el Arco del Triunfo en presencia del presidente Emmanuel Macron, el Rey deberá pronunciar un discurso en el Senado antes de varios encuentros oficiales que finalizará con un banquete de Estado en Versalles. El nuevo soberano debe permanecer en Francia hasta el 29 de marzo, antes de volar a Berlín.