¿Pinturas de Van Gogh, Monet o Dalí en la Luna? Esta idea puede parecer fantasiosa, descabellada, incluso absurda. Sin embargo, podría suceder en el futuro. Con su proyecto Lunar Codex, Samuel Peralta pretende enviar el arte al espacio. Licenciado en física, poeta y coleccionista de arte, como él mismo se define, el canadiense de origen filipino se ha fijado el reto de enviar 30.000 obras de arte, literatura, cine, música, teatro y más. El hombre con múltiples sombreros dijo que quería constituir una “cápsula del tiempo de la humanidad”. Las piezas enviadas fueron creadas por casi 30.000 artistas de 157 países diferentes. Serán puestos en órbita a bordo de tres módulos del programa CLPS de la NASA que despegarán sucesivamente entre octubre de 2023 y noviembre de 2024, dijo Samuel Peralta a The New York Times. No hay nada igual en ninguna parte”.
La mayoría de estas obras ya existían, aunque algunas fueron encargadas especialmente para la ocasión. Estos incluyen imágenes microscópicas de grabados en madera de la artista ucraniana Olesya Dzhurayeva, Emerald Girl, un retrato de ladrillos Lego de Pauline Aubey y una serie de poemas titulada The Polaris Trilogy: Poems for the Moon de todos los continentes, incluida la Antártida. Los propios libros de este autor también encontrarán su lugar aquí, en buena medida.
Eso sí, al precio del kilo lanzado al espacio, no se trata de enviar los originales sino copias digitales grabadas en tarjetas de memoria o reducciones impresas en NanoFiches de base níquel. Samuel Perlalta financia en gran parte la expedición, estimada en varias decenas de miles de dólares. Una suma importante que, sin embargo, queda lejos del precio de un billete de “turismo espacial” (450.000 dólares) según el canadiense.
Si Peralta no tiene palabras lo suficientemente grandilocuentes para promover su idea, las obras que enviará a la Luna no serán las primeras. El primero de ellos es el Museo de la Luna tomado en 1969. Se trata de una fina placa de cerámica que contiene seis dibujos de destacados artistas de finales de la década de 1960, incluido Andy Warhol. Una década más tarde, se le unió un memorial reducido, titulado Fallen Astronaut. Esta pequeña escultura de aluminio de 8,5 cm de altura fue depositada por la tripulación de la misión Apolo 15 en agosto de 1971. La estatuilla lleva una placa conmemorativa en homenaje a los astronautas y cosmonautas fallecidos durante la exploración espacial.