Los viajeros no dejarán de realizar vuelos de larga distancia. Para Déborah Sitbon, fundadora de No Time To Waste, una consultora de desarrollo sostenible especializada en la hostelería y la restauración, la observación está fuera de toda duda. La buena noticia, sin embargo, es que la tendencia es hacia una reducción de la frecuencia de los viajes de larga distancia, dando cada vez más importancia a los valores del establecimiento en el que se alojan. “Detrás de esta idea de menos pero mejor, también hay un deseo de tranquilizar nuestra conciencia. Llegamos lejos, por supuesto, pero in situ hacemos el bien al planeta. » Y sobre el terreno, a los hoteleros no les faltan ideas para satisfacer las necesidades de los viajeros.
¿Hacer que la limpieza de la playa sea sexy? Desde el Palms de Miami Beach hasta el resort indonesio de Nantipa, se ponen a disposición de los clientes cubos para una “limpieza de la playa”. Trae una pequeña cesta de basura y te ofrecerán un batido en el bar del hotel. Sin playa, no hay problema. Con su desafío Fill the Bottle, el hotel Nomad de Le Havre invitó a sus huéspedes a llenar una botella de un litro con colillas a cambio de una sorpresa. En Domaines de Chabran, un remanso de paz en el corazón de los Alpilles, se ofrece un aperitivo a quienes contribuyen al mantenimiento de las casas: recogiendo huevos de las gallinas de la finca, recolectando frutas y verduras de los huertos para evitar pérdidas. ..
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Los amantes de los animales se lo pasarán en grande en el Saramac Waterfront Lodge, de 4 estrellas en el estado de Nueva York, que permite reservar tiempo con un perro del refugio vecino (senderismo, remo, paseos en bote, etc.). En el 1 Hotel d’Hawaii incluso será posible pasar la noche en casa de Médor. La cadena ecologista también ha puesto en marcha un programa que está de moda en sus establecimientos: ofrecer a sus clientes la oportunidad de desprenderse de una prenda de vestir en beneficio de una asociación.
Suficiente para evitar el exceso de peso en el equipaje y al mismo tiempo contribuir a vestir a las personas necesitadas. En cuanto a los baños, las duchas están equipadas con un reloj de arena de cinco minutos que informa al usuario de su consumo de agua. El hotel FirstName de Burdeos también ha elegido esta opción. “El ejemplo del reloj de arena realmente responde a la idea de alertar sin constreñir. Enviamos mensajes sin impedir que los turistas disfruten”, señala Déborah Sitbon.
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Otro caballo de batalla: la limpieza de habitaciones. En Citizen M de Nueva York, el cliente puede colgar un cartel indicando que no lo quiere. El dinero ahorrado se donará a la asociación World Bicycle Relief. En los Países Bajos, el albergue juvenil Amsterdam Teleport llega incluso a ofrecer pizza a los clientes que rechazan el servicio. En cuanto a los establecimientos Nomad, el precio de la noche se puede reducir rechazando opciones en beneficio del medio ambiente: menos tres euros por limpieza, menos un euro por guardar la toalla, menos otro euro por aire acondicionado… Hasta diez en total ahorro por noche. Todos ganan.