“En esta gira vamos a tocar en varios lugares llamados Filarmónicas, eso es nuevo para nosotros, ¿no?” En medio del concierto que ofreció el viernes 22 de septiembre en la Filarmónica de Luxemburgo, Elvis Costello se dirigió a su cómplice, el pianista Steve Nieve.

Los dos músicos que tocan juntos desde 1978 (“Steve tenía 17 años, yo 22”, explica Costello) llevan varios meses actuando juntos en lo que parece un resumen de una carrera de largo plazo: 32 álbumes de estudio desde 1977.

A sus 69 años, Elvis Costello regresa a determinadas ciudades en las que hace muchos años que no actúa, como París: ¡su último concierto en nuestra capital se remonta a octubre de 2014! Gracias a la cooperación entre las Filarmónicas de París y Luxemburgo y otras salas europeas, esta pequeña gira puede realizarse hoy, ya que los promotores privados se muestran reacios a producir un artista «de culto» como este favorito de la crítica, que nunca ha logrado gran éxito de público en nuestras regiones.

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En un TGV procedente de París, flanqueados por un tour manager y un ingeniero de sonido, Costello y Steve Nieve llegaron a Luxemburgo el viernes 22 por la tarde. Luxemburgo, donde sólo había actuado una vez, hizo todo lo posible para darle la bienvenida. Fue en el Gran Auditorio de este magnífico lugar, inaugurado en junio de 2005, donde se celebró el concierto.

El majestuoso edificio, diseñado por el arquitecto francés Christian de Portzamparc, se benefició de la experiencia del reconocido acústico Albert Xu. Diseñada alrededor de 823 columnas blancas que representan un bosque, esta impresionante instalación alberga tres salas: el Gran Auditorio (1.400 asientos), una sala reservada a la música de cámara y al jazz (333 asientos) y un espacio abierto dedicado principalmente a proyectos infantiles. Con más de 400 espectáculos al año, la Filarmónica es un espacio bullicioso en el corazón de Europa, en una ciudad con 170 nacionalidades diferentes y 3 idiomas oficiales (alemán, francés, inglés), a sólo 25 kilómetros de la frontera francesa.

Dirigida por Stephan Gehmacher, la Filarmónica programa un 70% de música clásica, pero también jazz, pop y canción. Francisco Sassetti, programador, explica que la presencia de Elvis Costello entre sus paredes es el resultado de una colaboración entre diez salas de cine de Europa continental.

En el escenario, con una comodidad auditiva óptima, el rockero inglés y su alter ego pianista ofrecen un momento tan raro como espontáneo. La complicidad entre los dos músicos queda patente desde las primeras notas. A la guitarra, acústica, clásica o eléctrica, Elvis Costello revisita las páginas de un repertorio que le ha visto colaborar en todas direcciones, desde Paul McCartney hasta Burt Bacharach pasando por su esposa Diana Krall.

La voz a veces está desgastada y le cuesta alcanzar las notas altas, pero la presencia y el humor del intérprete están intactos. La emoción nos embarga cuando interpreta Shipbuilding, su composición más bella, o la emblemática What’s So Funny about Peace, Love and Understanding, en la que le acompaña como vocalista el excepcional Steve Nieve.

Residente en París desde hace 30 años, el inglés reserva algunas sorpresas al público de la capital francesa para el concierto de este domingo por la tarde que se celebrará en otra Filarmónica, esta vez en París.