Es un bar pequeño que no parece gran cosa, como está lleno Milán, La Belle Aurore, en el barrio de Porta Vittoria. Al abrir la puerta, descubrimos a gente muy bien vestida bebiendo prosecco (son las 11:30 de la mañana). Este es el concepto de presentación de Setchu, el japonés que acaba de ganar el premio LVMH y pidió a sus amigos que encarnaran su vestuario para el próximo invierno. Sus prendas están bien pensadas, los detalles cuidados y las construcciones inteligentes: una falda de lana, cuero con cremalleras bien colocadas, una chaqueta con aberturas laterales que permiten meter las manos en los bolsillos del pantalón, chaquetas de cuero, chaquetas largas. abrigos que se abren a los lados o en la cintura… La paleta de colores, que oscila entre el negro y los verdes pálidos, pasando por el gris perla, resulta seductora. Sobre todo, hay un concepto en este armario, una nueva forma de ver la ropa, de llevarla. Sin pretensiones ni excesiva complejidad. Una versión refrescante de la elegancia.