«Ciertamente ya has oído hablar de este hombre. ¿Pero sabías que era fanático de cierto señor bigotudo, muy famoso en el 39-45?» El tono es jocoso, el tema mucho menos. En este TikTok firmado por Marie Guerineau (75.000 suscriptores en la plataforma), se muestra el rostro de Salvador Dalí. Después de una breve presentación del surrealista, el joven videógrafo llega al meollo del asunto: la supuesta ya menudo publicitada fascinación del pintor por Adolf Hitler.
Si en su momento Dalí no ocultó su simpatía por el dictador (al que en ocasiones representó en algunos de sus cuadros), este recuerdo no llegó a las nuevas generaciones. En la red social “Gen Z”, cada vez más camarógrafos de habla francesa e inglesa descubren y critican el legado del maestro, subraya Les Inrocks.
Para las generaciones más jóvenes, explica la revista, el artista ha sido considerado durante mucho tiempo una especie de estandarte del kitsch. Más allá de su historia y su contexto, sus pinturas son más conocidas a través de los muchos objetos derivados. Más recientemente, Dalí fue objeto de una exposición inmersiva en el Atelier des Lumières de París. Mientras sus obras se proyectaban en las paredes de este museo digital, el establecimiento difundía títulos de Pink Floyd. Como en una discoteca. Tantas maneras de popularizar al surrealista, cuya historia se redescubre hoy con amargura.
A Salvador Dalí se le acusa así de fascismo -su pretendido gusto por la persona de Adolf Hitler-, de sadismo (en 1948 tiró veinte veces gatos al aire con el fin de fotografiarlos), de necrofilia y de sexismo. Los videos, siempre documentados por artículos de prensa, inciden en elementos biográficos del pintor. Hasta una carta enviada a André Breton en 1935, en la que el pintor describe el nacionalsocialismo de Hitler como una toma del poder por parte de su movimiento, el surrealismo.
«Esta es una cuenta que odia a Salvador Dalí. Era un fascista, simpatizante de los nazis, abusaba de los animales, golpeaba a las mujeres y era un narcisista hasta la muerte. No puedo mirar su trabajo sin pensar en todas las cosas horribles que ha hecho y las forma en que pintaba a Hitler… (…)», escribe Hanna, una tiktoker apasionada por el arte, en la descripción de un video donde se le pide que cree un par de aretes inspirados en obras del artista.
Tantas reacciones que invitan a cuestionar la herencia del pintor. Y que recuerdan las múltiples críticas de otro maestro español, el pintor Pablo Picasso, hoy denunciado por una parte del mundo del arte por la violencia que ejercía sobre las mujeres.