¡Habla a la juventud a través de las artes como a través del deporte! Tal es la ambición de la nueva producción de L’Olimpiade, de Vivaldi, que el chef Jean-Christophe Spinosi y el director Emmanuel Daumas ofrecerán conjuntamente, justo antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de 2024. «Cuando supimos que el breakdance iba a hacer su debut en los Juegos Olímpicos, tuvimos la misma reacción, con Emmanuel: nos dijimos que el breakdance no debería convertirse en un deporte, sino que los Juegos Olímpicos deberían convertirse en un arte, dice Spinosi. De ahí la idea de crear con el Théâtre des Champs-Élysées, bajo la etiqueta de los Juegos Olímpicos, la primera “ópera-deporte” de la historia”.
Un proyecto madurado durante tres años con su Ensemble Matheus, a través de mini creaciones que mezclan música y deporte. Pero también street art, street dance o slam. “Como una especie de laboratorio donde hemos intentado redescubrir, a escala moderna, el espíritu de los juegos de la Antigüedad, donde las disciplinas atléticas que conocemos también se codeaban con la poesía o el arte de la declamación”, prosigue.
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En el escenario de la avenida Montaigne, se esperaba la presencia, para acompañar ciertos pasajes clave de la obra de Vivaldi, de varios atletas de la selección olímpica francesa. Estos últimos vendrán de varias disciplinas como la gimnasia o el lanzamiento de disco… “Hay una dimensión coreográfica muy fuerte en los Juegos, que a veces tendemos a olvidar detrás de la actuación deportiva. Pero, cuando se desglosa el gesto de estos deportistas, ya sean discobolistas referidos a la Antigüedad o disciplinas mucho más recientes, como el golf, cuyo swing es eminentemente visual, es evidente que hay un aspecto artístico que trasciende la mera competición” , justifica el chef barroco.
Un eminente especialista de Vivaldi, habiendo revivido muchas obras líricas del «Sacerdote rojo», el músico también está muy familiarizado con la trama de esta Olimpiada, que muchos compositores tomaron prestada de Metástasis a lo largo del siglo XVIII. “Desde Caldara a Cimarosa, pasando por Donizetti, muchos han sucumbido a los encantos de esta historia de rivalidad amorosa en un contexto de competición deportiva. Pero probablemente nadie haya captado la belleza del gesto deportivo en la música tan bien como lo hizo Vivaldi. Su música, tan contrastada, llena de imaginación tanto rítmica como armónicamente, es caviar para dar vida a esta ópera-deporte que soñamos.
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Un caviar que se servirá con la flor y nata de los cantantes barrocos, pero también líricos, de la actualidad. Desde el campeón de Vivaldian, también estrella del breakdance en sus ratos libres, Jakub Jozef Orlinski hasta la eléctrica Marina Viotti, artista lírica del año coronada en las últimas Victoires de la Musique, pasando por Jodie Devos, Varduhi Abrahamyan o Luigi De Donato… La cima del podio, para una Olimpiada que promete batir todos los récords de vitalidad barroca. 20-29 de junio.