Dar la mano, estornudar en un lugar público, dejarse los zapatos puestos al entrar en una casa… Estos gestos que forman parte de nuestra vida diaria es muy probable que conmocionen o incluso ofendan a los surcoreanos. Si la tolerancia es mayor con los occidentales, cuyos lugareños perdonan algunas desviaciones, siempre es mejor informarse antes de un viaje. Esto hará que su estadía sea más placentera y facilitará sus intercambios con los surcoreanos y hará que su experiencia sea más gratificante.
1. En la calle, todos los días
Seguro que tu primer contacto con la cultura coreana será… en la calle. Los coreanos suelen tener prisa y no dudan en toparse con cualquiera que se interponga en su camino. ¡No hay necesidad de ofenderse! En Corea tendrás que adaptar tu paso o aceptar este pequeño inconveniente. Por el lado de la ropa, los coreanos cuidan su apariencia y cultivan los detalles de su atuendo. Para las niñas, llevar una falda a veces (muy) corta es un lugar común. Por otro lado, lucir un escote bajo se considera particularmente provocativo e inapropiado. Pocas mujeres coreanas usan una camiseta sin mangas o un vestido sin cubrirse con una camiseta de manga larga.
No hay estancia en Seúl sin una visita obligatoria a Myeong-Dong, el templo asiático de las compras. Entre grandes letreros luminosos, puestos de comida y multitudes impresionantes, descubrirá el estilo de compras coreano que puede parecer cautivador para los europeos acostumbrados a comprar en paz. Lo que más sorprende en los centros comerciales es el ruido. La de cientos de “golpeadores”, a menudo estudiantes, pagados para atraer turistas a las tiendas. Muestras gratis, luces de neón intermitentes, descuentos atractivos, todo es bueno para atraer a un cliente potencial. Si cedes a la tentación, debes saber que tu aventura no termina ahí. En espacios pequeños y concurridos, no es raro encontrarse con cinco o seis vendedores, cada uno asignado a un cliente y encargado de seguirlo muy de cerca. ¡No intentes deshacerte de él, es estilo de compras local!
2. Conocer a alguien por primera vez
En Corea del Sur, un país donde prevalece la comunicación no verbal, los códigos sociales son complejos y muchas veces escapan a los occidentales. Las interacciones son muy jerárquicas y están dictadas por la antigüedad. Además, no se sorprenda si la segunda pregunta que le hacen, después de su nombre, es su edad. Lejos de ser una señal de descortesía, la respuesta en realidad permite que tu interlocutor se sitúe en relación contigo y adapte su comportamiento.
Cuando te encuentres con alguien, no le des la mano y mantén una distancia adecuada. En la Tierra de la Calma Matutina, es de buena educación inclinarse levemente y evitar el contacto visual prolongado.
3. Casa de familia
Como muchos países de Asia, los surcoreanos rara vez dan la bienvenida a personas, incluso a familiares, en sus hogares. Las reuniones son más bien en el restaurante o en un karaoke. Sin embargo, si tiene la suerte de ser invitado, sepa que es imperativo quitarse los zapatos al ingresar al recinto. Quedarse con los zapatos se considera una gran falta de respeto, especialmente porque los coreanos tienen una relación especial con el suelo de su casa: se sientan, comen y, a veces, duermen en él. Además, evita quedarte mucho tiempo en el umbral, porque allí se cree que devuelve los ánimos4. En el restaurante
Alto lugar de la vida social, el restaurante también tiene su parte de reglas estrictas a respetar. En península, ningún comensal empieza la comida antes de que lo autorice la persona de mayor edad del grupo (o la de mayor rango jerárquico si se trata de una comida de empresa). Asimismo, no puede abandonar la mesa sin su consentimiento. Nunca clavar los palillos en el arroz, no llevarse el plato directamente a la boca (ni siquiera una sopa) y no comer con los dedos (excepto las hojas de ensalada durante una barbacoa) son algunos imperativos de buena educación.
Finalmente, tenga en cuenta que a los coreanos les gusta el alcohol, especialmente el Soju, el licor nacional. Como el vino en Francia, es la bebida preferida en la mesa. Tenga en cuenta que es mejor sostener su copa con ambas manos, en señal de respeto, cuando alguien le sirve.
5. En el transporte
El transporte público, a menudo abarrotado, es sin embargo muy limpio y tranquilo. ¡Deben permanecer así! Tenga cuidado de no desviarse de esta regla, de lo contrario será bombardeado con miradas de desaprobación y comentarios duros de las ajummas, las abuelas de Corea del Sur. Finalmente, tenga cuidado de no sentarse en los asientos reservados, a menudo ubicados al final del automóvil, deben permanecer libres y accesibles para las personas mayores, incluso en las horas pico.