Un pequeño flashback: ya en 2019, Richard Mille creó una sorpresa y salió de los pasillos del Salón Internacional de la Alta Relojería con un toque gourmet y colorido: una colección de diez modelos con apariencia de caramelo. Los dulces, la bollería y las frutas revolucionaron los códigos relojeros, como hizo Gérald Genta con sus creaciones que combinaban complicaciones y personajes de Walt Disney. Desde entonces, las colecciones firmadas por Richard Mille se han vuelto predominantemente femeninas, entre creaciones con escenarios extremos y piezas deportivas ultraligeras, con un peso de sólo 36 gramos incluida la pulsera, cada una encarnada por una deportista excepcional.

Este año, Richard Mille vuelve a ser el centro de atención con una colección RM07-01 Colored Ceramics, con elementos coloreados yuxtapuestos que rinden homenaje a la creatividad del movimiento Memphis, nacido en Italia en 1980. Fundado por Ettore Sottsass, este grupo reunió a arquitectos, creadores y diseñadores, imaginando nuevas formas combinadas con colores vivos. Vajilla, iluminación, mobiliario… Este movimiento, cuyo nombre proviene de una canción de Bob Dylan, ha sabido liberarse así de los códigos del diseño post-Bauhaus. Su credo: socavar el buen gusto establecido como regla de oro, serio, chic, sobrio, en definitiva, burgués. Sus señas de identidad: atreverse a utilizar los colores y combinar materiales supuestamente imposibles de combinar: metal, laminado, madera, plástico… Una forma de pensar que no podía dejar de seducir a Richard Mille: “El Grupo Memphis fascina por su diversidad y su libertad”, explica Cécile. Guenat, director de creación y desarrollo de la marca. Sus fundadores quisieron liberarse de las estructuras restrictivas de la estética modernista y fueron pioneros en introducir todo tipo de materiales en sus creaciones. »

Por eso, la idea central del proceso de diseño de esta colección consistió precisamente en la yuxtaposición de colores que varían según los materiales. Sólo faltaba combinarlo con un clásico del arte de la relojería, una esfera guilloché antigua, para fusionar la ultramodernidad y la relojería tradicional. La esfera de oro rojo con tratamiento PVD gris resalta el motivo Memphis grabado, acompañado de otros elementos decorativos en cerámica de colores, apliques de caucho cortados con láser e incluso elementos engastados con diamantes.

Esta nueva colección está disponible en tres colores veraniegos, en cerámica TZP, tan ligera como robusta, rosa palo, rosa lavanda y azul empolvado. Estas piezas, cuyo precio ronda los 190.000 euros, cuentan con un movimiento automático esqueletizado de desarrollo propio, cuya platina y puentes están fabricados en titanio de grado 5.