Un matrimonio de jubilados del sur de Francia interpuso acciones legales para anular la venta a un comerciante de segunda mano, por 150 euros, de una máscara centroafricana que les pertenecía y que luego fue revendida por más de cuatro millones de euros. “Hay que mostrar un poco de buena fe y honestidad. Mis clientes nunca habrían vendido esta máscara a este precio si hubieran sabido que se trataba de una pieza extremadamente rara”, explicó el lunes a la AFP su abogado, Frédéric Mansat Jaffré. El caso se presentará el 31 de octubre ante el tribunal judicial de Alès (Gard), cuya decisión se espera para finales de año.

En septiembre de 2021, esta pareja de Eure-et-Loir, que ahora tiene 88 y 81 años, acudió a un comerciante de segunda mano para deshacerse de los objetos presentes en su segunda residencia en Gard que querían vender, afirmó el abogado, confirmando información publicada por Le Monde. En particular, le regalaron, por 150 euros, una máscara de madera tallada que perteneció a un antepasado, un ex gobernador colonial en África.

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Seis meses después, la pareja descubrió, leyendo el periódico, que dos días después se había organizado en Montpellier la venta de “una máscara extremadamente rara del siglo XIX, prerrogativa de una sociedad secreta del pueblo Fang en Gabón”. La foto confirma que se trata efectivamente de su antigua máscara, cuya estética inspiró a los pintores Modigliani y Picasso y de la que sólo quedan una decena de ejemplares en el mundo. El catálogo de la sala de subastas precisa que esta máscara había sido “recogida hacia 1917, en circunstancias desconocidas, por el gobernador colonial francés René-Victor Edward Maurice Fournier (1873-1931), probablemente durante una gira por Gabón”.

Durante la venta, el 26 de marzo de 2022, la máscara se vendió por 4,2 millones de euros, honorarios excluidos, prácticamente un récord para un objeto de este tipo, a pesar de las protestas en la sala gabonesa exigiendo su “restitución” a su país de origen. El comerciante de segunda mano ofreció la suma de 300.000 euros a los jubilados, quienes «nunca vieron el cheque», explicó a la AFP su abogado. El tribunal de Alès podría decidir sobre un reparto más equitativo del producto de esta venta, indicó. Hasta entonces, las cuentas bancarias del comerciante de segunda mano permanecen bloqueadas, por decisión del Tribunal de Apelación de Nimes.