En el Musée Mer Marine de Burdeos, los visitantes son recibidos por un tiburón con la boca abierta. Unos pasos atrás y con la cabeza erguida, también les puede sorprender el imponente esqueleto de una ballena tumbado en la terraza de la azotea. El museo ha instalado la escultura de acero inoxidable, firmada por el artista Philippe Pasqua, con el fin de alertar sobre la urgencia de proteger los océanos. “Queremos llamar la atención sobre los problemas de los océanos y sus habitantes, informa a Sud Ouest Norbert Fradin, fundador del museo. Al instalar una obra de arte en un techo, cuestionamos, cuestionamos, quizás también inquietamos un poco… Lo importante es que transmitimos un mensaje, en este caso el de la protección de los océanos, la fauna y la flora. ”. La carcasa de acero descansa sobre las dos últimas plantas en construcción, destinadas a albergar las oficinas del edificio. Los curiosos pueden verlo desde los Bassins à Flot.
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Desde el 8 de junio, el museo privado presenta la exposición “Planeta o plástico”, en colaboración con National Geographic. El espacio temporal recorre la historia del material desde su invención así como las cuestiones relacionadas con su consumo. También se destacan las innovaciones y soluciones que atienden la emergencia climática. “Esta cuarta obra de Philippe Pasqua en el museo plantea advertencias cada vez más visibles desde el exterior sobre los problemas del medio ambiente marino. La escultura del tiburón a la entrada del museo, dijo a Sud Ouest el fundador del museo, denuncia las prácticas de mutilación de estas especies cuyas aletas se cortan para el comercio y que acaban muriendo. Dentro del museo, la boca del megalodón cuenta la historia de una especie extinta que vivió en nuestra región. Al lado, el artista exhibe un contenedor de medusas de vidrio, apuntando a la invasión de esta especie ligada a la contaminación del agua.
Al presentar la silueta demacrada de la ballena, el Musée Mer Marine advierte sobre la huella plástica que deja el hombre en los océanos. En 2023, habría entre 75 y 200 millones de toneladas de plástico en el océano. Estos desechos pueden permanecer en el agua durante décadas antes de degradarse. Contaminan los espacios marinos y, además, perturban a las especies que allí habitan.
“Hay que alertar, pero pasar por la emoción es más efectivo. Explicar que los peces ingieren plástico, y por tanto nosotros también, está bien, pero afecta menos que si usamos como vector el símbolo de un animal tan majestuoso como una ballena”, dice Norbert Fradin a Sud Ouest. Además, la escultura del cetáceo no tiene nombre. Según Philippe Pasca, esta iniciativa “deja una cierta libertad de pensamiento. Nadie se deja guiar, cada uno hace su propia interpretación del tema sin dejarse influenciar.
«Me gusta mucho el trabajo de Pasca», dijo el director de MMM a Sud Ouest. Tiene talento, está comprometido con la preservación del medio ambiente. Sus esculturas monumentales, así como sus pinturas, son generosas y dan a sus obras un lado franco, su mensaje es esencial. Estéticamente, me gusta este lado crudo y refinado”. Sensible a la causa ecológica, ha expuesto su obra por todo el mundo: en la Ahlers Foundation de Alemania en 2009, en la Patrick Painter Gallery de Los Ángeles, en la Gallery 604 de Corea o en el Oceanic Museum de Mónaco en 2017.