La industria del reciclaje se encuentra en una encrucijada. A pesar de la crisis energética, los jugadores se desarrollaron el año pasado. Pero su federación no oculta este miércoles su preocupación por el año 2023, señalando la caída de los precios de las materias primas procedentes del reciclaje así como la caída de la recogida.

En 2022, la facturación del sector aumentó un 7,7% respecto a 2021, hasta 11.600 millones de euros, impulsada por la subida de los precios, según un informe anual publicado por la Federación de Empresas del Reciclaje (Federec) en la feria Pollutec. “En general, las empresas mantuvieron su facturación repercutiendo ciertos cargos adicionales que se produjeron en 2022, pero sus resultados netos cayeron porque tuvieron que absorber el aumento de costes (energía, transporte, etc.)”, indica Manuel Burnand, director general de la organización.

Se produjeron y vendieron en total 39,8 millones de toneladas de materias primas procedentes del reciclaje (metales, madera, papel y cartón, vidrio, plásticos, disolventes, residuos de construcción, etc.). El reciclaje de chatarra, por ejemplo (11,6 millones de toneladas), representó 1.149 torres Eiffel. Todo esto permitió evitar la emisión de 24 millones de toneladas equivalentes de CO2 (el equivalente a las emisiones anuales del transporte aéreo en Francia), señala el informe.

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Pero de cara a 2023, «los tres primeros trimestres confirman la tendencia a la baja con una reducción de la recogida y una caída de los precios de las materias primas procedentes del reciclaje», afirmó a la AFP el presidente de la Federec, François Excoffier, que lamenta también «el tsunami legislativo» impuesto al sector. con la reorganización simultánea impuesta a varios sectores. Prevalece la preocupación, sobre todo, en el sector de los metales y los metales no ferrosos, que prevé una falta de salidas.

El sector del plástico se enfrenta a un desplome de la demanda de materiales reciclados, ya que los clientes (especialmente en el sector del embalaje) prefieren materiales vírgenes, cuyos precios han bajado con la caída del precio del barril de petróleo. En el sector textil, ante “la calidad media del material recogido, degradada por la moda rápida y ultrarrápida”, los recicladores piden a la ecoorganización del sector que “imponga requisitos estrictos de diseño ecológico a los comercializadores para no frenar el proceso”. procesos de recuperación. También necesita mejorar la recogida (todavía entre el 65 y el 70 % en el caso de los residuos domésticos), la capacidad de clasificación y los puntos de venta.

El sector, que emplea a 34.400 personas (5,5%), el 91% con contrato indefinido, cuenta con 1.200 empresas. Requiere inversiones significativamente mayores (20% en comparación con 2021), hasta 656 millones de euros en 2022, para modernizar y descarbonizar los camiones y las herramientas de clasificación.