Los embajadores de los 27 países de la UE aprobaron el lunes el fin de los motores de combustión en los automóviles nuevos a partir de 2035, con Alemania levantando su bloqueo a cambio de una exención para futuros combustibles sintéticos. El texto obligará a los automóviles nuevos a dejar de emitir CO2, prohibiendo efectivamente los vehículos de gasolina, diesel e híbridos, a favor de los vehículos totalmente eléctricos. Se «pondrá en la agenda» para una reunión del martes de los ministros de energía para su adopción formal, anunció la Presidencia sueca del Consejo de la UE.

Este reglamento es uno de los pilares del plan climático europeo para alcanzar la neutralidad de carbono en 2050. Berlín había sorprendido a sus socios a principios de marzo al bloquearlo en el último momento cuando ya había sido aprobado a mediados de febrero por los eurodiputados reunidos en pleno. tras la luz verde de los Estados miembros, incluida Alemania. Para justificar su cambio de actitud, extremadamente raro en esta etapa del procedimiento, Alemania había exigido que la Comisión presentara una propuesta que abriera el camino a los vehículos que funcionan con combustibles sintéticos. Esta tecnología, controvertida y aún en desarrollo, consistiría en producir combustible a partir del CO2 resultante de actividades industriales. Defendida por fabricantes alemanes e italianos de alta gama, extendería el uso de motores térmicos después de 2035.

Leer tambiénMotores diésel: la justicia europea reconoce un derecho a indemnización por el dispositivo ilegal de «ventanas térmicas»

La Comisión Europea y Alemania anunciaron el sábado que habían llegado a un acuerdo para desbloquear el texto, que se mantiene sin cambios, y Bruselas acordó hacer un compromiso más firme con los combustibles sintéticos en una propuesta separada que debería validarse para el otoño de 2024. Vehículos equipados con motor de combustión pueden matricularse después de 2035 si solo utilizan combustibles neutros en términos de emisiones de CO2, saludó el ministro de Transporte alemán, Volker Wissing. En opinión de muchos expertos, la tecnología de los combustibles sintéticos tiene pocas posibilidades de imponerse en el mercado y solo afectaría, en el mejor de los casos, a una minoría de vehículos de lujo. Es cuestionado por las ONG ambientalistas que lo consideran costoso, consume mucha energía y es contaminante.