Varias decenas de miles de motociclistas protestaron el sábado en toda Francia contra la implementación de inspecciones técnicas obligatorias para motocicletas, scooters y quads a partir del lunes, una medida destinada a aumentar la seguridad. En París, 10.000 motociclistas se manifestaron para pedir el boicot de una medida considerada “injusta” y que constituye “extorsión” según la Federación francesa de Angry Bikers, y 7.000 según el Ministerio del Interior.

De Brest a Estrasburgo y de Calais a Perpiñán, durante el fin de semana se registraron unas sesenta marchas de motocicletas en el sitio web de la FFMC. Para la jornada del sábado, el Ministerio del Interior contabilizó 38.000 manifestantes sobre dos ruedas en toda Francia. Los organizadores no facilitaron cifras, a la espera de manifestaciones previstas también para el domingo, en particular en Marsella. Según la policía, hubo entre 900 y 1.000 en Rennes, más de 1.850 (organizadores) en Toulouse y entre 1.600 (prefectura) y 2.000 (organizadores) en Burdeos.

Los más de tres millones de vehículos de la categoría L, es decir, scooters, motocicletas, triciclos o carritos, han escapado hasta ahora a los controles introducidos en 1992 para los automóviles. Ahora tendrán que pasar por 78 puestos de control. Frenos demasiado desgastados, manillares desgastados, fugas, neumáticos lisos: 87 averías importantes requieren una segunda inspección, es decir, la devolución en los dos meses siguientes con el vehículo reparado. Pero el control del ruido o de las obstrucciones de los vehículos, a menudo eludidos por los scooters, no será efectivo hasta el verano de 2025.

Los primeros vehículos que pasarán la prueba serán los matriculados antes del 1 de enero de 2017. Todos estos vehículos de categoría L también deberán pasar la prueba en caso de reventa. Esta medida ya ha empujado a muchos motociclistas a revender su máquina antes de plazo, contribuyendo a impulsar el mercado de segunda mano en el primer trimestre de 2024 (un 6 % en un año), según la aseguradora Solly Azar.

Fueron necesarios diez años y numerosos llamamientos para hacer cumplir esta directiva europea de 2014, ya aplicada en varios países del continente. Se supone que aumentará la seguridad y reducirá la contaminación. En Francia, el gobierno emitió un primer decreto en 2021 antes de que el presidente de la República, Emmanuel Macron, lo sepultara, deseoso de no “molestar a los franceses”. Luego, el gobierno anunció que favorecería “medidas alternativas”, como campañas de sensibilización. Pero finalmente tuvo que ceder en octubre de 2023 por decisión del Consejo de Estado.

La medida sigue siendo cuestionada por muchos ciclistas en Francia. La FFMC, que pide a los motociclistas que boicoteen los centros de inspección técnica que se ocupan de los vehículos de dos ruedas para sus coches, considera que la operación es costosa e inútil, porque es principalmente visual. El delegado general de la FFMC, Didier Renoux, insiste en que los accidentes generalmente no se deben al estado del vehículo, bien mantenido por los moteros, sino al estado de la carretera. “Sabemos que somos frágiles, pero en el carnet de moto nos enseñan a hacer controles visuales, revisar las mangueras, el nivel del líquido, ver si los neumáticos están desinflados… ¿Para qué imponernos algo injusto y qué somos ya? ¿haciendo?» preguntó a la AFP el sábado Yann Rouvery, miembro de la FFMC de Gironda.

Al mismo tiempo, 27 diputados de la mayoría, entre ellos el presidente de la Comisión de Leyes, Sacha Houlié, pidieron al Ministerio de Transportes una “moratoria” sobre este control técnico, proponiendo soluciones alternativas. Ninguna respuesta todavia. «Aunque quisiera cumplir, no encontramos ningún centro de inspección técnica», aseguró a la AFP Sacha Houlié, que pilota un deportivo Yamaha. “Voy a hacer mi mantenimiento anual, como todos los años. No conozco ningún motero que no lo haga”, subrayó el diputado. Los diputados de la RN también pidieron la derogación del control, denunciando una “obstinación tecnocrática”.

Sin embargo, desde la confirmación de la inspección en octubre de 2023, los centros de inspección técnica han trabajado a toda marcha para recibir la aprobación necesaria. No toda Francia está cubierta, pero casi la mitad de los centros están preparados, es decir, 3.000 inspectores, según la federación de inspección técnica. En Francia, todos los vehículos de la categoría L deben pasar controles cada tres años. Los conductores sin inspecciones técnicas al día se arriesgan a una multa de 135 euros o a la inmovilización del vehículo.