Mientras España sufre una sequía histórica, una verdadera guerra por el agua amenaza a los productores españoles de fresas. Políticos, Unión Europea, ONG y supermercados están haciendo campaña contra el uso ilegal del oro azul en Andalucía, particularmente en la provincia de Huelva.

En este lugar, la tierra es árida y la tierra se está agrietando. Si antes el Parque Natural de Doñana parecía una marisma propicia para las aves migratorias, ahora parece un desierto. “Doñana está en un estado crítico (…) Durante dos años apenas llovió. Sin embargo, los agricultores siguen extrayendo cantidades ingentes de agua de las aguas subterráneas”, denuncia a la AFP Felipe Fuentelsaz, responsable del parque de WWF España.

Detrás de este fenómeno de sequía se culpa directamente a los productores españoles de fresa. La región de Huelva representa el 98% de la producción de frutos rojos en España y el 30% en la Unión Europea. También es el mayor exportador mundial de fresas y abastece principalmente a los supermercados alemanes y británicos. Problema: las enormes granjas españolas alrededor del Parque de Doñana están acusadas de extraer agua de forma ilegal de las aguas subterráneas y, por lo tanto, secar la reserva.

Leer tambiénSequía: el sector del ocio ante el reto de la sobriedad

Este debate se invita al seno del parlamento regional. Actualmente trabaja en un proyecto de ley que podría legalizar 1.500 hectáreas de cultivo intensivo de frutos rojos en la región. Los agricultores podrían así regar sus plantaciones con agua extraída de los bordes del parque natural, reforzando el fenómeno de la sequía. Por un lado, el Partido Popular (PP) en el poder en la región y la extrema derecha (Vox) apoyan esta medida. Por otro, el gobierno de izquierda del presidente Pedro Sánchez denuncia el “negacionismo político” de sus adversarios.

La Unión Europea también se ha sumado al embrollo. Amenaza directamente a España con multas millonarias si el país no es capaz de proteger su patrimonio cultural, calificado de “de vital importancia”. Una ONG alemana, Campact, añade su granito de arena al lanzar una petición para que los consumidores boicoteen las «fresas secas». En la actualidad, más de 160.000 personas ya han firmado esta petición.

La asociación va más allá y pide también a los supermercados alemanes que retiren la fresa andaluza de sus puestos “porque el robo ilegal de agua amenaza con destruir el medio ambiente”. Para la asociación interprofesional de la fresa, Interfresa, se trata de una campaña “perniciosa y perjudicial para la industria fresera y de frutos rojos”. De hecho, la fresa de Huelva emplea, directa e indirectamente, a 120.000 personas y representa el 8% del PIB andaluz.

Si los productores afectados continúan con su actividad, todavía están preocupados por el próximo año. En estos momentos se están negociando las acciones y sus precios para 2024 pero, ya, empiezan a aparecer reticencias. Según el diario El País, la organización WWF en Alemania se ha percatado de que algunos supermercados están pidiendo a los proveedores que les expidan certificados que acrediten que el agua utilizada para el cultivo de la fruta no se extrae de forma ilegal.