Si bien el consumo de vino ha caído más de un 60% en Francia desde los años 60, se confirma que la prestigiosa industria francesa se enfrenta a serios desafíos. Según la última encuesta realizada en diciembre por Ipsos para FranceAgrimer y la asociación interprofesional de vinos AOP e IGP (CNIV), sólo el 11% de la población francesa consume vino con regularidad (“todos los días o casi”), frente a 16% en 2015.
En 1980, estos consumidores habituales franceses “representaban la mitad” de la población nacional, recuerda esta encuesta. Sobre todo, más de uno de cada tres franceses (37%) no consume -o muy excepcionalmente- esta bebida emblemática.
Estas cifras nos recuerdan que en alimentos y bebidas, los franceses quieren consumir “menos pero mejor”. Esto es especialmente cierto para el vino, especialmente el tinto, pero también para todas las bebidas alcohólicas, de las que casi el 20% de los franceses prescinde, según el estudio. «Sólo la cerveza está ganando nuevos consumidores», señala este último.
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Desde finales de 2021, esta bebida de lúpulo se ha convertido en la bebida alcohólica favorita de los franceses. Actualmente, según la organización profesional Vin, lidera en gran medida las compras de alcohol entre los menores de 35 años (40%).
Pero también adaptando las variedades de uva y elaborando vinos más acordes con las tendencias de consumo actuales: vinos más afrutados y ligeros, vinos rosados… También se está reflexionando sobre envases más pequeños, o en latas, para multiplicar los momentos de consumo.