A todo gas en la renovación energética del Elíseo. Como parte de la lucha contra el calentamiento global y el plan de sobriedad, se modernizan las antiguas piedras del palacio presidencial. La Presidencia de la República, en plena rehabilitación de su sistema de calefacción, pretende ecologizar el consumo del hotel de Évreux. Para ello, un plan verde y detallado cuyo eje central es el establecimiento de la energía geotérmica en el nivel freático. Keystone, sin embargo, apoyado por la instalación de una caldera de gas. Burner que no dejaba de hacer hablar a la gente.

“La caldera de gas, hay que quitarla para los franceses, pero por otro lado instalarla en el Elíseo para calentar mejor a Macron y su familia”, se ofende en Twitter el eurodiputado RN, Jean-Lin Lacapelle. La misma historia del lado de Florian Philippot o del exdiputado Jean-Philippe Poisson. Y cuando no son los políticos, los ciudadanos toman el control masivamente, en particular al compartir esta información publicada por La Lettre A. Grita el escándalo o corea el lavado verde.

La existencia de esta caldera de gas es informada por el Tribunal de Cuentas en su informe anual titulado “Contabilidad y gestión de los servicios de la Presidencia de la República”. Analizando los gastos de explotación e inversión inmobiliaria, Rue Cambon Elders escribe: «La Presidencia también ha puesto fin a la adquisición y consumo de fuel oil a partir de septiembre de 2022, tras la sustitución de una caldera de gasoil por una de gas». Todo por la ordenada suma de 100.000 euros.

El senador de Hautes-Alpes Jean-Michel Arnaud (Union Centriste) en su informe informativo realizado en nombre de la comisión de finanzas «sobre las acciones eco-responsables de las autoridades públicas» da más información sobre el alcance de los trabajos de renovación emprendidos en el Elíseo. “La institución lidera un proyecto para instalar geotermia de aguas subterráneas a 65 metros de profundidad para el circuito de agua caliente del hotel Évreux con el fin de reducir las emisiones de CO² en un 80% y dividir la factura de líquidos entre 2 y 3”. Y entre otras obras de renovación energética, “la institución tiene previsto sustituir dos calderas de gasóleo por calderas de gas en el Hôtel d’Évreux, lo que permitirá reducir las emisiones de CO² de cada caldera en torno a un 30%”.

“El plan de sobriedad también se aplica al Elíseo”, explica el séquito de Emmanuel Macron. Y para respetarlo, las reparaciones son imprescindibles. Sin embargo, desde el 1 de julio de 2022 está prohibida la instalación de una caldera de gasoil. Por lo tanto, no se trata de reemplazar el viejo por uno nuevo, de última generación, que consume menos y emite menos CO2. “La caldera de gas era nuestra única solución” se justifica del lado del ejecutivo. Cualquier otro sistema habría requerido un trabajo demasiado pesado, especialmente las tuberías. Además de llevar más tiempo, no estoy seguro de que no hubieran sido validados por la Oppic. El operador de patrimonio cultural y proyectos inmobiliarios garantiza la conservación de los edificios catalogados, como el Elíseo.

“Las críticas son injustificadas”, se queja el entorno del presidente, “el 70% de los costes energéticos serán cubiertos por la bomba de calor que funciona con electricidad. La caldera de gas -cuya instalación está prohibida sólo en los edificios nuevos- compensará el resto”.

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Sin embargo, a principios de junio, el gobierno se mostró partidario de prohibir la instalación de nuevas calderas de gas. La Ministra de Transición Energética Agnès Pannier-Runacher anunció a los Senadores el lanzamiento de una consulta sobre este tema. La meta ? “Reducir drásticamente las emisiones relacionadas con el fuel oil y el gas acelerando la sustitución de las calderas de gas como fuel oil”