Los opositores a la ley de inmigración no han dicho su última palabra. Si la batalla legislativa acabó perdida después de muchas idas y vueltas, algunos no desesperan de ganarla en las calles. Así, 200 personalidades lanzan, este domingo 7 de enero, una convocatoria a una “marcha ciudadana”, que se realizará el domingo 21 de enero. El anuncio lo hizo esta tarde la secretaria general de la CFDT, Marylise Léon, ante el micrófono de France Inter. Esta marcha se realizará “en París y en toda Francia”, añadió el sindicalista. Si bien explica que convoca a la movilización en su propio nombre, y no como número uno de la CFDT, su organización se ha manifestado ampliamente públicamente contra la ley, que no ha dudado en calificar de “ley de la vergüenza”. “pérdida de la fraternidad”. Como muchas figuras de izquierda, Marylise Léon lo ve como una “victoria de la extrema derecha”. “Estamos en un punto de inflexión”, añadió para justificar este llamamiento.
A pesar de la confianza mostrada por el Secretario General, la apuesta es arriesgada para los firmantes. Según las primeras encuestas, los franceses no parecen unánimemente hostiles a todas las medidas. Movilizarse masivamente corre el riesgo de ser un desafío. Y en caso de baja asistencia, esta marcha podría consolar al gobierno, que no dejaría de resaltar este fracaso y verlo como una expresión implícita del apoyo público a su política.
Las últimas experiencias no hablan a favor de los organizadores. Así, los cuatro meses de movilizaciones masivas contra la reforma de las pensiones, que contó con un amplio apoyo de la opinión pública, no hicieron doblegar al gobierno. A menos que sea una estrategia de los sindicatos para volver al centro del juego y unirse. Si el final no fue feliz, su determinación de no elevar la edad inicial a 64 años les trajo muchos miembros. Interrogada, Marylise Léon anunció la llegada de “más de 85.000 nuevos miembros” a la CFDT en 2023.
Esta movilización también dio lugar a un “movimiento intersindical” sin precedentes, que desde entonces ha luchado por mantener una apariencia de unión. Finalmente, liderar una lucha emblemática permitiría a los nuevos líderes sindicales establecerse en la mente de los franceses. Philippe Martínez, pero especialmente Laurent Berger, salieron de la batalla por el retiro con su popularidad en su apogeo. Por el contrario, sus sustitutos (Sophie Binet por la CGT y Marylise Léon por la CFDT) no han podido igualar hasta ahora esta notoriedad.