Gran paso para Birkenstock: el gigante alemán de las sandalias debutará el miércoles en la Bolsa de Nueva York con una valoración de 8.600 millones de dólares, lo que confirma su éxito en la moda y el lujo, lejos de lo anticuado de los inicios. Birkenstock fijó el martes el precio unitario de la acción en 46 dólares, según varios medios estadounidenses, o en la mitad del rango inicial, entre 44 y 49 dólares.
El contexto es favorable para la empresa que entró en el grupo del líder mundial del lujo LVMH en 2021: las sandalias con tiras y suela de corcho aparecieron en los pies de Barbie, en versión rosa caramelo, en la superproducción del mismo nombre que estuvo en cartelera durante todo el verano. En cuanto al mercado de salidas a bolsa, lastrado desde hace más de un año y medio por el endurecimiento de las condiciones crediticias, está recuperando color. Las recientes salidas a bolsa del diseñador británico de microprocesadores Arm y de la plataforma estadounidense de entrega de comestibles Instacart han tenido éxito.
“Una salida a bolsa en Nueva York demuestra ambiciones globales”, opina a la AFP Fernando Fastoso, profesor de gestión de marcas de lujo en la Universidad alemana de Pforzheim. Al colaborar con casas de moda como Dior, Givenchy y Céline, la empresa ya ha iniciado en gran medida este cambio en los últimos años, convirtiéndose en una marca de moda en la playa, de noche o en las pasarelas. El último ejemplo: los mules Tokio y las sandalias Milano presentados en una paleta de colores alegres en el desfile masculino de Dior en junio, en el marco de una nueva colaboración con la marca alemana.
Leer tambiénDespués de conquistar Hollywood, Birkenstock apunta a Wall Street
Desde 2021, Birkenstock está controlada por el fondo de inversión L Catterton, al que están asociados el líder mundial del lujo LVMH y su jefe Bernard Arnault. La dinastía familiar sigue siendo accionista de la empresa, que todavía tiene su sede en Alemania y cuyos orígenes se remontan al año 1774.
La empresa comenzó comercializando suelas antes de lanzarse al mercado de las sandalias en 1963. Primero ortopédicas, luego hippies y finalmente modernas, las zapatillas alemanas descalzas han conocido todos los colores. Birkenstock experimentó un cambio significativo cuando la familia contrató una gestión externa en 2013. Fue la transición “de una empresa familiar centrada en la producción a un actor global gestionado profesionalmente”, recuerda un análisis de CMC Markets. Las ventas crecieron a una tasa promedio del 20% durante los años siguientes, según CMC Markets.
«Birkenstock ahora quiere desarrollar su estatus de icono para dirigirse al creciente mercado del lujo en todo el mundo», subraya Fernando Fastoso. «El poder financiero de LVMH ofrece ahora a Birkenstock los medios para ampliar su red de distribuidores en todo el mundo», confirma Marguerite Le Rolland, analista de la empresa de investigación Euromonitor.
Más allá de Europa y Estados Unidos, donde Birkenstock está bien establecido, China, India, México y Tailandia son mercados prometedores. Pero transformar una empresa familiar alemana en una empresa pública que cotiza en Wall Street no está exenta de riesgos. En el mercado de estilo de vida y moda, “la competencia es intensa, tanto con empresas establecidas como con nuevos actores” en un contexto donde los presupuestos de los consumidores se ven afectados por la inflación, señala CMC Markets. Y si los amantes de los productos de lujo esperan que una marca sea única, Birkenstock debería optar por reducir los volúmenes vendidos, observa Fernando Fastoso.
Ahora ampliamente copiada, la sandalia de suela gruesa se puede encontrar en todas partes sin que siempre sea claramente identificable, lo que plantea un nuevo desafío para Birkenstock. La empresa registró una facturación de 1.110 millones de euros en los nueve primeros meses de su año fiscal, de octubre a junio, un aumento interanual del 21%.