A pesar de la desaceleración de la inflación, no deberíamos esperar ver a franceses y turistas derrochando en las tiendas durante los Juegos Olímpicos. En un estudio publicado este miércoles, la empresa especializada NielsenIQ predice un «impacto limitado sobre el consumo masivo en general» en Francia.
Por otra parte, determinados productos alimentarios podrían beneficiarse de un efecto dominó gracias a los Juegos. NielsenIQ dice que “naturalmente espera impactos positivos para las categorías “sociales”, de convivencia y/o de verano, especialmente después del clima mixto en agosto de 2023”, como ocurre durante cualquier evento deportivo importante. Detrás de esta clasificación se encuentran las cervezas, que podrían ver crecer su volumen de ventas en las tiendas entre un 10 y un 20%, las pizzas (entre un 5 y un 10%), las bebidas de frutas sin gas (entre un 10 y un 15%) y las carbonatadas (entre un 5 y un 10%). ), o incluso productos salados de aperitivo (del 8 al 12%).
¿Qué pasaría si los atletas franceses tuvieran un desempeño superior en los Juegos y consiguieran medallas de oro? NielsenIQ apaga un poco las esperanzas de distribuidores y marcas: no se espera ningún impacto adicional. Por otro lado, los profesionales deberán vigilar atentamente el cielo. «El efecto del tiempo es más importante que el rendimiento de los atletas franceses», subraya NielsenIQ. El panelista ilustra esta máxima con el Mundial de fútbol: en 2006, Francia llegó a la final (con el resultado que conocemos y un cabezazo de Zinédine Zidane), y sin embargo el consumo fue menor que durante el Mundial de 2010, un auténtico trauma para los aficionados franceses con una lamentable eliminación en la fase de grupos y la huelga de jugadores en Knysna, Sudáfrica.
Lea también “No tengo reservas”: a 100 días de los Juegos Olímpicos, la desilusión de hoteleros y propietarios de Airbnb
Antes del Mundial de Brasil 2014, NielsenIQ resumió esta observación en una frase: “Para el consumo en Francia, 3 grados más es mejor que 3 goles de Karim Benzema en Brasil”. Este verano será lo mismo: «El efecto meteorológico puede aportar un importante superávit de crecimiento, de 0,5 a 1 punto de crecimiento adicional del volumen para las categorías de alimentos, en caso de que las condiciones meteorológicas sean favorables durante el evento», señala el instituto.
Si el efecto sobre el consumo parece limitado a escala nacional, cabe esperar que sea más significativo en las ciudades que acogen los eventos, especialmente en París y, más en general, en Île-de-France. Por ejemplo, durante los Juegos de Londres de 2012, las ventas de bienes de consumo aumentaron un 0,4% de media en el Reino Unido, pero un 5,3% en Londres. Además, evidentemente no sólo las grandes superficies podrían beneficiarse del efecto de los Juegos Olímpicos: también deberían beneficiarse los cafés, hoteles y restaurantes, especialmente en París. Sobre todo porque NielsenIQ subraya que “el 24% de las pruebas se realizarán durante las comidas, lo suficiente como para despertar el deseo de compartir estos momentos en bares, cervecerías u otros pubs”.