Mucho se ha hablado de la búsqueda de sentido que necesitan hoy los empleados en el trabajo, de la necesidad de sentirse útiles o incluso de la búsqueda de un mejor equilibrio entre la vida profesional y personal. Después de todo, quizás no sean tan diferentes de sus mayores.
El salario seguirá siendo la principal preocupación de los trabajadores franceses en 2024, revela un estudio de Randstad, líder mundial en el sector de recursos humanos. Este año, casi uno de cada dos empleados (43%) afirma que una remuneración demasiado baja en comparación con el coste de la vida sigue siendo el principal motivo para cambiar de empleador, al igual que en 2023. Un motivo que sigue siendo aún más importante porque el país tiene atravesado meses de alta inflación. Dos de cada cinco trabajadores dicen no haber recibido ninguna compensación por el aumento de precios y, entre ellos, casi la mitad está considerando dejar su empleador.
Sin embargo, los motivos para cambiar de empleador varían según la edad. Los jóvenes de la Generación Z (nacidos entre 1997 y 2012) conceden menos importancia a la remuneración: el 38% de los entrevistados prioriza el salario, frente al 45% de la Generación Y o Millennials (1981-1996), el 42% de la Generación X (1965- 1980) y el 41% de los baby boomers (1946-1964). “Los empleados de la Generación Z, por el contrario, dan mayor importancia a los intereses de su misión (24%) que otras generaciones: este es el caso del 20% de los Millennials y la Generación X y el 16% de los baby boomers”, dice el estudio.
Si bien el teletrabajo se ha consolidado en gran medida y el gobierno ha abierto el tema de la semana de cuatro días, en 2024 sigue siendo importante que los empleados se beneficien de un equilibrio entre su vida profesional y personal. “Esta aspiración, esencial para la felicidad, el desarrollo y la salud de los empleados, aparece en tercera posición entre los cinco principales criterios para elegir un empleador, después del salario y la calidad del ambiente de trabajo”, indica el estudio de Randstad.
Así, el 32% de los empleados afirma que podría abandonar una empresa por un desequilibrio entre su vida profesional y personal. Los millennials son quienes más importancia le dan (34%). Por otro lado, más de uno de cada cuatro empleados (28%) piensa que su empleador no le proporciona los medios suficientes para progresar en su puesto. La falta de perspectivas de desarrollo profesional se considera motivo suficiente para dimitir para más de una cuarta parte de los empleados (26%).