Boeing parece enredada en una espiral negativa sin fin. Desde hace varios meses, el fabricante de aviones estadounidense sufre una serie de incidentes en vuelo. El viernes por la tarde, en un vuelo Montreal-Lyon, operado por Air Canada con un Boeing 787-8 Dreamliner, y según informan nuestros compañeros de Le Progrès.

Tras abandonar la metrópoli de Quebec el viernes por la tarde, se vio obligado a dar la vuelta después de tres horas, mientras sobrevolaba la provincia canadiense de Terranova y Labrador, debido a un problema de presurización detectado en la cabina del avión.

Al regresar a Montreal, los 254 pasajeros del avión fueron enviados a casa y finalmente abordaron otro avión la noche siguiente, volando a Lyon con escala en París. El mismo vuelo previsto para este domingo fue cancelado. «El avión está siendo inspeccionado por nuestros profesionales de mantenimiento e ingeniería», dijo a Le Progrès el vicepresidente de comunicaciones de Air Canada.

Si los múltiples incidentes recientes no son tan graves como el de la puerta arrancada en pleno vuelo de un Boeing 737 Max 9 a principios de año, su repetición es preocupante. La semana pasada, dos veces en tres días, un Boeing tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia debido a un olor a calor detectado a bordo de la cabina. Dos aviones operados por Air France, que en ambas ocasiones debían conectar Francia y Estados Unidos, y que tuvieron que ser desviados a Canadá.