¿Quién ejecuta OpenAI? El domingo por la tarde en Estados Unidos, la respuesta parecía clara. Dos días después de despedir a Sam Altman por motivos poco claros, la junta directiva de la empresa detrás de ChatGPT nombró a Emmett Shear, exdirector de la plataforma de vídeo Twitch, para reemplazarlo de forma interina. Microsoft, por su parte, anunció que contrataría a Sam Altman para dirigir una nueva entidad centrada en la investigación avanzada en IA. Pero veinticuatro horas después, nada es seguro. Y no es imposible que Sam Altman acabe recuperando su puesto de trabajo.

The Verge fue el primero en informar que el cofundador y expresidente de OpenAI, Greg Brockman, no había abandonado la lucha. Ambos desean volver al mando, siempre que dimitan los cuatro consejeros que votaron a favor de su despido. Uno de ellos, el director científico Ilya Sutskever, ya dio un giro el lunes. Si otros dos directores se retiran, la antigua dirección ganará la partida.

“Lamento profundamente haber participado en la decisión de la junta directiva. Nunca quise dañar a OpenAI”, publicó Ilya Sutskever en la red social, entre lágrimas, para cambiar de opinión. Fue el oficiante de su ceremonia de boda en 2019.

Los tres directores restantes están sujetos a otras presiones. Casi todos los 770 empleados de OpenAI firmaron el lunes una carta abierta amenazando con unirse a Sam Altman en Microsoft si este último no es reintegrado a sus funciones. Esto significaría drenar a OpenAI de su cerebro y convertirlo en un cascarón vacío, al menos temporalmente. Al mismo tiempo, algunos inversores de OpenAI están considerando demandar a la junta directiva y han comenzado a acercarse a bufetes de abogados para explorar sus opciones. Según The Information, alrededor de un centenar de clientes de OpenAI, preocupados por el giro de los acontecimientos, se dirigieron a sus competidores Anthropic, Cohere y Google Cloud.

¿Pero qué piensa Microsoft de todo esto? Su director general, Satya Nadella, realizó numerosas entrevistas el lunes por la noche con Bloomberg, CNBC y con la periodista tecnológica estadounidense Kara Swisher. Reiteró el mismo mensaje: ya sea que Sam Altman termine en Microsoft u OpenAI, tendremos que hacer un barrido limpio de la gobernanza actual del campeón de la IA. “Las sorpresas no son agradables” y Microsoft “quiere cambios en la gobernanza. “No es bueno que se tomen tales decisiones sin que usted esté al tanto”, explicó en Bloomberg.

De hecho, la empresa está supervisada por administradores pertenecientes a la rama “sin fines de lucro” de OpenAI, que no rinden cuentas ante los inversores. Su misión es garantizar que la empresa no se desvíe de su misión original, que es construir una “superinteligencia” segura para la humanidad. En resumen, favorecer la investigación fundamental sobre los desarrollos comerciales apresurados.

En cuanto al futuro de Sam Altman, Satya Nadella dice estar “abierto a ambos escenarios”. “Corresponderá a la junta directiva decidir y a los empleados elegir lo que quieren hacer”, dijo en CNBC.