Ante la inflación galopante y los precios de los alimentos al alza, el primer ministro británico, Rishi Sunak, quiere ofrecer artículos de primera necesidad «al precio más bajo posible». Según información del Telegraph, los miembros de su gabinete están negociando actualmente con los principales grupos minoristas británicos, para que estos últimos ofrezcan una selección de los llamados productos “esenciales” a un precio máximo. O una especie de “canasta antiinflacionaria”.
Claramente inspirado en el modelo francés, el plan del inquilino del número 10 de Downing Street sería lanzar “un cuarto antiinflación” en los supermercados del Reino Unido, que elegirían ellos mismos los productos afectados por una congelación de precios. Una solución de último recurso en este país, donde los precios de los alimentos subieron un 19,1% en el año hasta abril, un nivel casi récord en el país. “La inflación está fuera de nuestro control”, confirmó a The Telegraph un alto funcionario del gobierno, quien está preocupado por el éxito de este proyecto ante la oposición de los grandes minoristas.
Pero en esta etapa, no se trata de imponer nada a los distribuidores, que además se oponen al proyecto. En un comunicado, el British Retail Consortium (BRC) -respaldado por Tesco, Sainsbury’s, Morrisons y Waitrose- aseguró que la propuesta de Rishi Sunak «no supondría ninguna diferencia en el poder adquisitivo de los hogares» y acusó al primer ministro de «volver a los controles de precios de la década de 1970». En ese momento, el gobierno, entonces dirigido por el primer ministro Edward Heath, había decidido, para hacer frente a la inflación, congelar los precios de los productos, salarios y alquileres del mercado masivo. Sin éxito.
Y los temores surgen por todos lados: algunos temen que las pequeñas tiendas pierdan clientes en beneficio de los grandes supermercados, los únicos capaces de reducir sus precios, mientras que otros ya anticipan un fenómeno de «estanterías vacías», con el temor a un posible desabastecimiento. . «El mercado de alimentos ferozmente competitivo en el Reino Unido ha ayudado a mantener los precios en el país entre los más asequibles de todas las principales economías europeas», dijo Andrew Opie, director de alimentos y desarrollo sostenible de BRC, quien cree que «el gobierno debería centrarse en cambio en simplificación burocrática y administrativa a fin de liberar suficientes recursos para mantener los precios lo más bajos posible».
Queda por ver si estas discusiones, que aún están en pañales, conducen a este proyecto, que el gobierno británico afirma que todavía está “en estudio”. Esto al menos reforzaría la política de Rishi Sunak -calificada de «desesperada» por los tabloides británicos- mientras lleva a raya el objetivo de reducir la inflación a la mitad, para mantenerla en torno al 5%, a finales de 2023. Una ambición compartida por su ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, quien reafirmó el viernes en el canal Sky News que su prioridad económica era la lucha contra la inflación, «incluso al precio de una recesión» en el Reino Unido.
Preguntado por el endurecimiento adicional de los tipos de interés por parte del banco central británico, tras las cifras que indican una ralentización de la inflación en abril menos marcada de lo esperado, Jeremy Hunt lamentó que la inflación sea una «fuente de inestabilidad». Antes de lanzarse, dispuesto a trazar una política intervencionista: «si queremos (…) crecimiento y reducir el riesgo de recesión, debemos apoyar al Banco de Inglaterra (BoE)».