Las negociaciones sobre los precios de los productos alimenticios se han reanudado entre marcas de supermercados y grandes industriales, dijo este miércoles el presidente de la principal organización agroalimentaria (Ania) que se comprometió a ello antes que Bruno Le Maire. Al final de una reunión en Bercy el 17 de mayo con el ministro de Economía Bruno Le Maire, los representantes de Ania y otra organización, Ilec, se comprometieron a reabrir las negociaciones con los supermercados para bajar los precios en los estantes.

Este compromiso afecta a los 75 mayores fabricantes franceses de alimentos, con la doble condición de que hayan obtenido aumentos de precios de más del 10% durante las últimas negociaciones anuales (finalizadas el 1 de marzo) y que el costo de uno de sus insumos (materia prima agrícola, energía, etc.) ha caído más de un 20% desde entonces. “Alrededor de 50” miembros de Ania forman parte de estas 75 empresas y “la gran mayoría ya ha retomado el contacto” con las marcas, aseguró a France Info su presidente, Jean-Philippe André, repitiendo que las negociaciones habían “absolutamente” comenzado.

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“Incluso hay empresas que no están en los dos criterios (…) que están volviendo a la mesa de negociaciones” porque tienen interés en recuperar sus volúmenes de ventas, agregó. Esa misma mañana, Bruno Le Maire había expresado una visión diferente sobre France Inter: “Los grandes fabricantes se han comprometido en mi oficina a volver a la mesa de negociación comercial con los distribuidores. El compromiso no se ha cumplido por el momento”, dijo.

«Una de dos cosas, o los fabricantes mantienen sus compromisos en los próximos días o utilizaré el instrumento fiscal para recuperar los márgenes que deben devolver a los consumidores», advirtió. “No queremos eso y no lo necesitaremos”, reaccionó Jean-Philippe André, subrayando que los fabricantes tenían interés en bajar sus precios cuando pudieran. Esto, sin embargo, requiere una “alineación de todos los planetas”, dijo. Explicó que si los precios del petróleo, el trigo o la mantequilla industrial hubieran caído, las empresas deberían primero vender sus existencias compradas a precios elevados antes de considerar una reducción arancelaria. Según el INSEE del miércoles, la inflación de los alimentos se desaceleró al 14,1% en un año, un nivel que aún es muy alto.