¿Dónde parará Shein? El gigante de la “moda rápida”, fundado en China pero ahora con sede en Singapur, está obteniendo ganancias de varios ceros. Tanto es así que superaron los 2.000 millones de dólares (1.860 millones de euros) en 2023, según un documento financiero consultado por el Financial Times. Suficiente para impulsar a Shein al segundo puesto mundial en el mercado de la moda, muy por delante del grupo sueco H.

Para Shein, creada hace doce años por Chris Xu (también conocido como Xu Yangtian), un empresario chino nacido en Estados Unidos, el crecimiento es impresionante: el gigante de la moda online vio sus beneficios en 2023 más que duplicarse respecto al año anterior ( 700 millones de dólares en 2022), lo que marcó un fuerte descenso respecto a 2021 (1.100 millones de dólares). Además, según información recogida por el Financial Times, el valor total de los bienes vendidos en el sitio web de Shein alcanza la astronómica cifra de 45 mil millones de dólares (42 mil millones de euros).

Un éxito rotundo, por tanto, pero basado en un modelo económico muy criticado en los países occidentales. Porque Shein ha llevado muy lejos los preceptos de la “moda rápida”: precios bajos, renovación incesante de las colecciones (7.200 nuevas referencias al día de media), cientos de miles de prendas disponibles en el sitio (“470.000 modelos disponibles en tiempo real”, calculó el año pasado la ONG francesa Amigos de la Tierra), y colaboraciones con cientos de influencers en las redes sociales.

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Si funciona, especialmente entre los jóvenes, este modelo será señalado por su impacto ambiental, al tiempo que se le acusará de desarrollar un consumo excesivo. En Francia, Shein es uno de los actores a los que se dirige el llamado proyecto de ley anti-moda rápida, adoptado por la Asamblea Nacional a mediados de marzo -aún debe ser examinado por el Séant-, que prevé, entre otras cosas, una penalización para los productos textiles menos virtuosos desde el punto de vista medioambiental. Además, al igual que sus competidores Zara o H

Si las revelaciones del Financial Times son tan analizadas es porque Shein no publica sus resultados financieros. No está obligada a ello al no cotizar en bolsa. Lo cual podría cambiar rápidamente. De hecho, el grupo chino está en plena preparación para una salida a bolsa, prevista para este año. En noviembre pasado, presentó de forma confidencial una oferta pública inicial (IPO) en Estados Unidos, informó el Wall Street Journal. Ahora está esperando luz verde del regulador chino para lo que podría ser una de las mayores OPI en años: Shein fue valorada en 66 mil millones de dólares (61 mil millones de euros) durante una ronda de financiación en 2023, y hoy apuesta por una valoración de 90 mil millones de dólares (83 mil millones de euros).

Incluso si Beijing lo aprueba, la entrada de Shein en Wall Street no es un hecho. Varios líderes políticos estadounidenses, como el senador republicano Marco Rubio, ya han expresado su oposición a este proyecto de calificación. Si la policía bursátil estadounidense bloqueara la operación, Shein consideraría recurrir a la Bolsa de Londres.