La Unión Europea está acelerando la lucha contra el consumo excesivo. Los eurodiputados votaron el martes nuevas normas destinadas a animar a los consumidores a reparar teléfonos inteligentes o electrodomésticos defectuosos, en lugar de tirarlos y comprar otros nuevos. El texto, adoptado por una amplia mayoría, establece un “derecho a reparar”. Incluso después de que expire la garantía, los ciudadanos del mercado único podrán exigir a los fabricantes la reparación de determinados productos.
Con el objetivo de reducir costes y hacer más competitivo el mercado de la reparación, el reglamento prevé la creación de plataformas online para centralizar a los reparadores y vendedores de productos reacondicionados. También planea mejorar el acceso a repuestos, herramientas e información necesaria para las reparaciones. Todos los Estados miembros deberán implementar al menos un incentivo, bonos de reparación o cursos de aprendizaje.
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Cada año en la UE, los productos desechados, aunque reparables, representan 35 millones de toneladas de residuos. Sin embargo, según un estudio de la Comisión Europea, el 77% de los europeos preferiría reparar sus productos viejos antes que comprar otros nuevos. Si no se reparan, perderían alrededor de 12 mil millones de euros al año.
Con este texto, los Veintisiete quieren reforzar su compromiso de «hacer que los consumidores participen activamente en la lucha contra el cambio climático», en palabras del ponente del texto, el eurodiputado socialdemócrata alemán René Repasi. Un paso más hacia la consecución de los objetivos del “pacto verde” de neutralidad de carbono para 2050.