El Ministerio de Agricultura organiza el martes en París una «conferencia sobre soluciones de restauración colectiva» para acelerar la llegada de alimentos sostenibles y ecológicos a los comedores, mientras Francia todavía está lejos de los objetivos que se ha fijado en esta materia. La Ley Egalim de 2018, complementada por la Ley de Clima y Resiliencia de 2021, fijó el objetivo de ofrecer al menos un 50% de productos llamados “sostenibles” y de “calidad”, incluido al menos un 20% de productos orgánicos, en las comidas servidas en restauración colectiva. Esta medida se aplica desde el 1 de enero de 2022 a todos los restaurantes colectivos de servicio público (escolares y universitarios, hospitales, médico-sociales, administraciones, etc.) y desde el 1 de enero de 2024 a los establecimientos privados.

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La consecución de estos objetivos para toda la restauración colectiva supondría un mercado de casi 2.000 millones de euros adicionales para la agricultura ecológica, según el Gobierno. La garantía de un punto de venta regular es decisiva para los productos ecológicos, que en los últimos dos años han visto una disminución de la demanda por parte de los consumidores afectados por la inflación. Pero en 2022, según el último censo de compras, elaborado sobre la base de declaraciones voluntarias en la plataforma “ma cantine”, los responsables de restaurantes colectivos sólo dedicaron “el 27,5% de sus compras a productos sostenibles y de calidad”, de los cuales “el 13% orgánico».

Está «en marcha», afirma el ministerio, pero aún está lejos de ser el objetivo, en particular debido a una «falta de conocimiento de la ley» por parte de los actores. Esta “conferencia de soluciones” reunirá a los ministros responsables de Agricultura (Marc Fesneau y Agnès Pannier-Runacher), sus homólogos de la Función Pública (Stanislas Guerini) y de las Autoridades Locales y Ruralidad (Dominique Faure) y a todos los interesados: representantes de las comunidades, escuelas, hospitales o empresas como el gigante de la restauración Sodexo. Más allá de respetar la ley, el gobierno subraya el «gran desafío» de alcanzar los objetivos fijados no sólo para los agricultores, sino también en términos de salud pública y justicia social.

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Para acelerar el movimiento, el gobierno está trabajando en una carta con las principales empresas de restauración colectiva y las grandes empresas, para animarlas a comprometerse y registrarse en la plataforma «mi cantina». Durante varias mesas redondas se debatirán ideas y buenas prácticas, en particular para presentar los precios sociales en las comunidades rurales «que hoy permiten reducir las comidas a 1 euro para los niños más desfavorecidos» o ejemplos de comedores que ya son 100% ecológicos en la región.