En tan solo un año escolar, las denuncias de ataques al laicismo se han duplicado, llegando a 4.710 durante el curso escolar 2022-2023, según una nota de los servicios estatales consultada por Le Figaro. Ante este alarmante aumento, Gabriel Attal, ministro de Educación Nacional, anunció la noche del domingo 27 de agosto en el telediario TF1 la próxima prohibición de la abaya en la escuela. Abdallah Zekri, vicepresidente del Consejo francés para el culto musulmán, respondió a BFMTV sobre la naturaleza de esta prenda que, según el CFCM, sería una “forma de moda”, sin “ninguna connotación religiosa”. Le Figaro vuelve a los orígenes de esta controvertida prenda.

El término árabe «abaya» se traduce al inglés como vestido o abrigo. El diccionario Robert evoca una “vestimenta femenina larga que cubre todo el cuerpo excepto la cara y las manos, tradicional en ciertos países de cultura musulmana”. Es posible asociarlo con un pañuelo o un velo, la abaya no cubre la cara, a diferencia del burka. El orientalista holandés Reinhart Dozy, autor de un detallado Diccionario de los nombres de las prendas de vestir entre los árabes (1845), define en su obra la abaya como «la vestimenta característica de los beduinos de casi todos los tiempos», que protegía en particular a las mujeres de la Condiciones climáticas del desierto.

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Este atuendo, especialmente asociado a Arabia Saudita, donde era obligatorio para las mujeres hasta 2018, es hoy una pieza clave de la «moda modesta» en la cultura musulmana, esta tendencia que preconiza trajes «modestos» y «modestos». La abaya se presenta en muchos colores y cortes: vestido de oración, ropa elegante para la festividad del Eid… Hay para todos los estilos. Varias grandes marcas de prêt-à-porter de lujo han intentado seducir a su clientela adinerada del Golfo, como Dolce

Si bien la orden de llevar el velo no está escrita explícitamente en el Corán, «la obligación de llevar un vestido largo y suelto se menciona en el versículo 59 de la sura 33 del Corán», explica Razika Adnani, filósofa e islamóloga, miembro de la Orientación. Consejo de la Fundación del Islam de Francia. Así, la abaya está “más en línea con las recomendaciones coránicas que el pañuelo”, subraya.

Pero ¿cómo explicar la aparición de la abaya en las escuelas? En primer lugar, por el retorno del movimiento tradicionalista al mundo musulmán en los años 1980, que había sido abandonado durante el siglo XX. «Hoy los conservadores quieren imponer normas más estrictas porque el velo ya no es suficiente para distinguir a las mujeres musulmanas de las demás», afirma la filósofa e islamóloga.

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En Europa y en particular en Francia, «las redes de predicadores salafistas y de la Hermandad se han multiplicado en los últimos años», explica Florence Bergeaud-Blackler, antropóloga del CNRS y autora del libro «La Hermandad y sus redes, la investigación» (Odile Jacobo, 2023). “A las jóvenes en busca de identidad se les enseña que una buena musulmana no puede llevar sólo un velo con unos vaqueros o zapatillas de deporte, sino que debe añadir este vestido largo que oculta su cuerpo”, explica la investigadora. Estas redes de adoctrinamiento “envían recordatorios a estas jóvenes a través de redes como Whatsapp, Instagram o Tiktok”, precisa.

Para Florence Bergeaud-Blackler, la polémica en torno a esta prenda proviene, pues, de su función, ya que «la abaya es una herramienta que sustrae el cuerpo femenino del espacio público», estando ésta «destinada a uniformizar el cuerpo de la mujer ocultándolo». Razika Adnani añade por su parte que «la abaya puede considerarse como una extensión del velo, que cubre todo el cuerpo de la mujer y tiene como objetivo testimoniar su modestia». Sintomático de un retorno al conservadurismo, para el filósofo llevar la abaya es una forma de «adaptarse a las circunstancias». En concreto, «las niñas se quitan el velo delante de la puerta de la escuela y regresan a clase con una abaya», desarrolla Razika Adnani, que ve en la abaya no sólo una prenda, «sino un signo de discriminación y opresión».

Hasta ahora, correspondía a los responsables de los establecimientos determinar si la ropa usada presentaba o no, dentro de la escuela, un signo religioso, según la ley de 2004 sobre laicidad en las escuelas, que prevé «el velo islámico, cualquiera que sea el nombre que se le dé, el kipá o una cruz”, sin decir nada explícito sobre la abaya. Para Florence Bergeaud-Blackler, esta vaguedad ha provocado una deriva: las jóvenes que visten la abaya en las escuelas muestran, según ella, «un deseo colectivo de poner a prueba a las autoridades del Estado». “Corresponde al Estado definir hasta dónde puede llegar la religión en el espacio público, y no a la religión definir su marco”, explica.