Detrás de su esfera, hay mucho que descubrir sobre los relojes antiguos. Empezando por los misteriosos sellos que a veces vislumbramos, grabados en una bocina, en el interior de una caja o incluso en un movimiento. ¿Qué nos pueden enseñar sobre el viaje de una pieza? Encontramos huellas de esta historia compartida en algunos lotes de la próxima subasta “Le temps est femine”, organizada por Artcurial en el hotel Hermitage de Mónaco, el 16 de enero.

Junto a piezas icónicas como el Ellipse de Patek Philippe y el Panthère de Cartier, hay un discreto trío de clásicos chic de los años 1970 y 1980 de Van Cleef.

Si detectar e identificar contrastes es un reflejo en la joyería, no lo es tanto en la relojería. “Hasta hace poco se prestaba poca atención a los relojes. Sin embargo, estas características distintivas de los creadores de lo oscuro son indicadores valiosos para rastrear la historia de las piezas. » Así, otra cocreación de Van Cleef

A lo largo de esta venta encontramos otras colaboraciones entre el mundo de la joyería y la relojería. Como una pieza de los años 80, con una esfera con la doble firma Chaumet-Delaneau (lote 94 – precio estimado entre 3.000 y 4.000 euros). Este es también el caso del magnífico reloj Fleur à secret en oro amarillo y zafiros de 1938, también firmado por Van Cleef.

“El tiempo es femenino” de Artcurial, 16 de enero, 14 h, hotel Hermitage de Mónaco.