Al final de un partido aburrido y cerrado durante mucho tiempo, el Olympique Lyonnais consiguió imponerse este viernes sobre el césped del AS Monaco (0-1), en la inauguración de la 16ª jornada de la Ligue 1. Los dos equipos se neutralizaron. durante mucho tiempo en Louis-II, pero Jeffinho logró marcar la diferencia al final del partido (85º). Con este segundo éxito consecutivo (el tercero de la temporada), el OL ya no es último de la liga e incluso asciende temporalmente al puesto 16, empatado a puntos con el Toulouse (15). Después de dos éxitos consecutivos, la ASM aprovecha la ocasión pero permanece en el tercer lugar de la clasificación.

Si la brecha en la clasificación entre los dos equipos es un abismo, no se sintió en la primera mitad. Si los monegascos tenían el control del balón a su favor, fueron los visitantes quienes sacudieron las redes por primera vez en el partido. Problema, Nuamah estaba en fuera de juego y por tanto el gol fue anulado. 0-0 en el centro, fueron los monegascos quienes crearon las mayores ocasiones en el primer acto. Pero Lopes intervino cada vez, delante de Balogun (13º, 37º) y Akliouche (42º). Monegascos y lioneses regresaron al vestuario con un empate sin goles, que dejó todos los escenarios posibles en la segunda parte.

Al regresar del vestuario, ASM pasó el segundo y rápidamente creó oportunidades importantes. Los jugadores de Hutter incluso encontraron el poste derecho de las jaulas del Lyon a través de Camara. Acorralados en su área, los lioneses vieron caer las olas monegascas sin conseguir interponerse. Fofana, en varias ocasiones (58, 61, 68, 78), estuvo cerca de abrir el marcador, pero cada vez se topó con un Lopes impecable el viernes por la noche.

Y finalmente, contra el desarrollo del juego, fueron los visitantes los que marcaron el único gol del partido. Los recién llegados entraron en acción y Maitland-Niles envió un buen centro hacia Jeffinho, que remató con el pie plano. El partido terminó unos minutos más tarde con un margen mínimo, para alegría de los lioneses. Los monegascos quizá se arrepientan.