¿Qué queda de la época de los caballeros? El reloj Excalibur de los Caballeros de la Mesa Redonda de Roger Dubuis. Lanzado hace diez años, este ejercicio de altos vuelos de la relojería dio origen a una nueva edición limitada de 28 piezas, comercializada por unos 320.000 euros…

Certificado con el sello de Ginebra, este imponente reloj de 45 mm de diámetro presenta en su esfera doce caballeros artúricos armados con su espada, micrograbados, de 6 mm de altura, esculpidos en resina, escaneados, luego moldeados y fundidos en oro rosa de 18 quilates. Todos diferentes, se convierten en guardianes de un suelo de hielo resquebrajado del que emergen las agujas. Este “paisaje” está diseñado en un cristal azul hecho de arena, sodio y arsénico, fiel al arte de Murano. Para obtener el efecto brillante de la nieve virgen, los bloques se recubren con galleta de porcelana de Limoges, cuyo acabado mate contrasta con las superficies brillantes del vidrio.

En cuanto a la caja de este reloj legendario, está forjado en titanio de Damasco, un homenaje al arte ancestral de la metalurgia: el herrero apila placas de titanio de grado 2 y 5 y luego las coloca en un horno que alcanza temperaturas extremas. Cuando el metal aún está caliente, se martilla para que las capas iniciales se fusionen en un solo bloque sólido. A continuación, este último se calienta y se prensa tantas veces como sea necesario para estirarlo y darle forma, antes de sumergirlo en un baño ácido. Suficiente para crear un patrón ondulado único en la superficie del metal.

Finalmente, la corona y el protector de la corona tienen la forma de la empuñadura de una espada, para dar la ilusión de que la hoja está clavada en el reloj, como el arma de Arthur clavada en la roca. Legendario…