Un tribunal de Copenhague se negó el miércoles 7 de noviembre a pronunciarse sobre el caso de un hombre condenado por yihadismo y que demandaba a los servicios de inteligencia de su país para obligarlos a admitir que era su informante en Siria. Ahmed Samsam, de 34 años, cautivó a Dinamarca y avergonzó a su clase política al llevar a los tribunales a los servicios secretos (PET) y a la inteligencia militar (FE).
Este danés de origen sirio, con un largo historial criminal, afirma haber sido empleado de los servicios daneses y enviado a Siria en 2013 y 2014 para informarles sobre combatientes yihadistas extranjeros. En 2018, en España, donde se había instalado el año anterior para, según dijo, escapar de los delincuentes de Copenhague, fue condenado por los tribunales a ocho años de prisión por pertenecer al grupo Estado Islámico (EI).
Después de arrestarlo, la policía española descubrió fotos suyas en Facebook con la bandera del EI. Durante todo el proceso contra los servicios secretos daneses, continuó repitiendo, basándose en testigos e investigaciones periodísticas que respaldan sus afirmaciones, que no había sido un combatiente yihadista en Siria, sino un indicador.
Según sus abogados, una victoria judicial en Dinamarca habría permitido a Samsam solicitar una revisión de la condena española. Pero el tribunal de Copenhague encargado del caso se negó el miércoles a pronunciarse sobre el papel que habría tenido realmente en Siria. Según el tribunal, Samsam no aportó pruebas suficientes para demostrar que una sentencia en Dinamarca le habría ayudado a reabrir el caso en España.
Incluso si se hubiera demostrado la cooperación entre él y los servicios secretos daneses, esto «no habría dado lugar a un resultado diferente del proceso penal» en España, sostiene el tribunal. Por su parte, los servicios de inteligencia habían subrayado durante el juicio de finales de agosto que no podían ni confirmar ni negar la identidad de sus informantes.